La vuelta al perro

Jauría y Buenos Muchachos compartieron escenario en un abarrotado teatro Vorterix, el sábado por la noche.

Tras el alejamiento de Attaque 77, Ciro Pertusi ha recomenzado el camino del rock. Lejos de las luces de los grandes escenarios, Jauría fue haciendo el mismo camino que el resto de las bandas que sueñan con lograr algo. Obviamente, su nombre (y el de Ray Fajardo y Pichu Serniotti en un principio) ayuda y hay gente que será eternamente fiel, pero la senda es la misma.

Antes de la banda principal, estuvieron los uruguayos de Buenos Muchachos. Si hablamos de grandes bandas ignoradas de este lado del charco, ellos tal vez sean el mayor referente. Aunque en realidad tenemos un gran don para ignorar grandes bandas uruguayas: Buitres, Los Estómagos, La hermana menor, Hablan por la espalda, Motosierra y un larguísimo y triste etc.

Cuando la banda arranca con “Desestres” toda sutileza y aire tanguero que existe en los discos, en vivo se cambia por un sonido totalmente violento, fuerte y demente. El cantante, Pedro Dalton, se lleva toda las miradas con su voz y look a la Tom Waits, su gesticulación a lo Ricardo Iorio y su baile a lo Ian Curtis; todo esto para que se den una idea, no tomemos tan literal esta comparación. Y si bien hay varias personas del público que se acercaron exclusivamente para poder verlos, logran enganchar a los ajenos a pesar de ser una música difícil y que poco tiene que ver con la propuesta del grupo que cerraba la noche. Así pasan canciones como “Cecilia”, “He never wants to see you once again” o «¿Qué hacés Joao«?

Entre los shows de las dos bandas se proyectó una mini película sobre la grabación del próximo disco de Jauría, que es interrumpida inmediatamente con la banda saliendo a escena con “Religionaré” y la proyección en la pantalla de fondo, algo que sería una constante para la mayoría de las canciones de la velada. La gente responde efusivamente y hay canciones que logran destacarse entre otras como “Indios Kilme” o “Morgue Corazón”. También hay oportunidad para adelantar composiciones que formarán parte de la próxima placa. La que mayor aceptación tiene es “No pertenecemos”, que ya había salido como single adelanto. De todas maneras nada se compara al momento de sonar canciones de la vieja banda de Pertusi como “El abuelo” o “Santiago”.

El ingreso de Sebastián Ambesi por Pichu Serniotti no parece alterar la química del grupo, que suena de forma sólida, con Fajardo actuando de motor, tanto que hasta termina rompiendo uno de sus platillos hacia la mitad del show.
Hay también momentos humorísticos por el lado de lo covers. En este caso la marcha imperial de Star Wars antes de “Guerra en las galaxias” y hasta el opening de la seria Dragon Ball Z, con imágenes y mosh incluido.

El problema radica, y esto ya es personal de cada uno, en la insistencia del público en que la banda toque canciones de Attaque 77. Obviamente esos temas levantan al público, los clásicos son imbatibles, y aunque a todos nos gusten “No me arrepiento de este amor” y “Donde las águilas se atreven” (uno de los grandes temas de los últimos 25 años) la banda bien podría cerrar con el poderoso “La jauría” y estaría todo bien. Tal vez con el próximo disco la cantidad de canciones de Attaque en la lista empiece a disminuir, más cuando la misma banda todavía existe y las interpreta.

Jauría no necesita esas canciones y el público debería apoyar. Veremos qué es lo que depara en el segundo capítulo de esta aventura.

*Fotos por Fernando Fernández

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