RESEÑAS
Que Dios me preste vida…

Hacía días que la ciudad de Buenos Aires llovía ausencias. De pronto todo pareció mudarse a los lugares de vacaciones, hasta el sol y la luna, incluso la música. Pareció dije, porque ese sábado al menos, aunque todavía sin luna, El Teatro de Colegiales, diluvió rock & roll, y tronó cantos y saltos de casi mil almas presentes.
Apenas pasaban las 21:30 y se empezaban a escuchar las primeras frases de un ALEX LORA que no dejarían de meterse hasta los huesos de su público, entre alaridos, buena música y profesionalismo. Y, se nota, mucha experiencia de escena.
Eléctrico, potente, enérgico, provocador, arengador nato y, con toda la admiración que merece, hay que decirlo, agudísimo gritón. Ese es LORA, a la vez rocker de los grandes y cómico, nada sutil en su ironía.
“BRITNEY SPEARS, BRITNEY SPEARS, antes de cogérmela, me tomo unas beers”, bromeaba sin titubear. Y seguía, “SHAKIRA, SHAKIRA, ella me la chupa y a mí se me estira”. Fiel a su estilo, anunciaba con estas frases que había “llegado el momento poeta, comadre”. E introducía el tema “El rock nunca muere”. Entre otros temas, también sonaron “Tripa corazón”, “Hombre roto”, “Seguro de vida”, “Metro balderas”, “Perro negro” y la infaltable “Triste canción de amor”, la más cantada de todas, la que hicieron tan popular los roqueros de Mataderos: CHIZZO, TETE y EL TANQUE.
“Para toda la raza rockanrolera de Buenos Aires…
…y para todos los que vinieron a aguantar en El Teatro de Colegiales; todos los demás ¡que chinguen a su madre!”. Expresiones imposibles de representar por escrito. Particular voz y presencia, enfundado en pantalones con una tira infinita de pequeñas hebillas a cada costado, acompañado de toda la banda de riguroso negro, sumado a un contagioso acento y la constante fuerza de la música que en ningún momento aflojó, dejaron ver que los cuarenta discos editados en nada desgastaron las ganas de estos mexicanos.
Dos fueron los invitados. ANDRES GIMENEZ, voz de (¿ex?) A.N.I.M.A.L. hizo lo suyo en el tema que grabó hace un tiempo con la banda: “Todos necesitamos de todos”.
También tuvo su momento SALVADOR SALVA TIRANTI, cantante de LA COVACHA, al son de “Cuando tú no estás”. LA COVACHA acababa de lucirse en el escenario precalentando el ambiente como banda telonera de la jornada. Repito, se lucieron.
Además de ellos, entre el (también cantante) público, que no paró de arder ni por un instante, se vio a varios músicos: El BORDO, algún GARDELITO, y casi todos los integrantes de LA RENGA se pudieron empapar de la impecable puesta.
Y algunos breves
Párrafos aparte para detalles que merecen tener su lugar en esta crónica de aquella fiebre de sábado.
“El momento romántico de este desmadre”. Así fue anunciado. Sonaba “Todo me sale mal” y el gran invitado del tema fue un muñecote símil órgano sexual masculino. “Aplausos para la gran verga”, lo despedía LORA luego de su performance.
El líder TRI movió a su gente “con el pasito con el que triunfé en la secundaria”, mientras cantaba “la rola” (sic) “Oye cantinero” y animaba al mejor estilo de coordinador de viaje de egresados en parlante de boliche.
Momento, gran momento, para el CHE. Tema grabado en “Más allá del bien y del mal”, su último disco. Bajo el título de “Che Guevara”, esta canción provocó uno de los clímax de la noche. La fuerza de las palmas bien en lo alto hubiera volado en pedazos cualquier intento de aplausómetro.
“Chinga madre”, “pinches”, “comadre”, “desmadre”, “Arnoldo (sic) Schwarzenegger”, “heavy mierda”, “rock and roll en El Teatro de Colegiales”, “raza rockanrolera de Buenos Aires”. Términos archi repetidos durante el show, pero a la vez, archi festejados y sin desperdicio.
Final a toda máquina. A las 23:30 se apagaba la energía que no había bajado ni un segundo durante las dos horas de intenso e impecable sonido.
Resultado: un show, como mínimo, ¡poderoso! Bien por los mexicanos, que nada tuvieron de “mexicaneada”. Los esperan ahora los festivales de Villa Gesell y Cosquín, y la (ansiada por muchos) fecha que compartirá el próximo día 21 con LA RENGA, en la comuna de San Roque, Córdoba.
Año 2006 a pleno. Este fue el primer show internacional en Buenos Aires. Y fue el primero también que (desde aquella trágica noche del 30 de diciembre) a simple vista, pudo escapar a capacidades de personas permitidas que, creo, en muchos casos, todavía rozan la paranoia y hasta la ridiculez.
Pasó un mito, pasó EL TRI, y la rompió. Ya lo cantó su propio público ese sábado: “Escuchenló, escuchenló, escuchenló, es el poeta del rock and roll, es ALEX LORA, la puta que los parió”.
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