RESEÑAS

Un sueño sin plegarias

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Maldita primavera, maldito fuego, malditos huracanes, maldito calor traicionero. Malditas campañas, malditos festivales, maldita impunidad, maldita canción de siempre. Malditas tierras, maldita mente, maldito amor, MALDITA SUERTE.

Las turbulencias del año, sumadas al eterno efecto post Cromañón, destaparon un montón de contrastes que llevaron a que muchas bandas independientes del under tengan la posibilidad de tocar en El Teatro.
MALDITA SUERTE fue una de esas bandas que logró proyectar todos esos contrastes en sus canciones, relacionándolos con las sensaciones del día a día, de la ira rutinaria, en el escenario de Colegiales.

Levantando la copa

La banda nacida en el barrio de Mataderos empezaba a enlazar sus primeros acordes allá por 1996. ”Como un brillo de sol” fue el tema elegido para comenzar esta noche. Le siguieron “Almas gastadas”, “Soldado de la nada” y “Preso de tus sueños”.

Con su batería de doble bombo sobre la tarima, QUIA eleva la carrera de “Sonrisas perdidas”, cosiendo el final a “Cuanto más”.

“Le queremos dedicar este show a la gente que perdió la vida en Cromañón, no nos olvidemos” dice JUANJO –voz y guitarra- mientras expone una remera con la foto de una de las víctimas del último 30 de diciembre.

El escenario se hace furia, se tiñe de rojo. El color tienta al saxo a seducir con la presentación de “Quizás”, un tema que incluirán en su próxima producción discográfica. A continuación, MARIANO luce su armónica en “Ocultando el sol” y “Tiempos duros”.

Las canciones salpican sonidos. Por momentos se muestran prolijas, con sangre blusera, tomándose el tiempo que sea necesario para conectar en una zapada distintos matices. Por otros, el metal, la velocidad y la bronca pisan más fuerte.
Las melodías se pegotean entre sí, es difícil poder separar el principio y el final de cada una, pero no lo es para el público seguidor. La complicidad con el mismo está marcada desde el primero al último aplauso o gota derramada sobre cada cuerpo ajeno.

“¡¡¡Arriba teatro!!!”, ruge la rasposa voz de JUANJO ante la presentación de “No preguntes que pasó”, mientras las sombras de los músicos avanzan por las paredes de los costados, como queriendo llegar a la gente antes que los acordes.

Se apagan las luces, y en la oscuridad una guitarra despierta un “Sueño profundo”, marcando diferentes climas en una sola canción.

Suenan “Viejas ciudades” y “Hacia el sur”, dos temas de “Tiempos Duros”, el último disco editado de la banda. “Este es un tema nuevo que está dedicado al más grande del rocanrol; esperemos que les guste la letra”, anuncia JUANJO, dando inicio a uno de los primeros homenajes de la noche para PAPPO.

Se escucha el tema dueño del video clip, “Plegarias de un sueño”, mientras el cantante susurra la letra por debajo de la voz del público, que no para de revolear remeras al escenario.

“Si no fuera por él, muchos de nosotros no estaríamos acá” decía el frontman, anticipando el tributo al CARPO con “Mala suerte”, “El viejo” y “Necesitamos acción”, de RIFF, mientras el GORDO toma el mando del micrófono.

Detrás del humo del escenario estaba la formación completa. PABLO y GUILLE bajaron de la tarima con sus vientos para acompañar a GUSTY en “Pasado pisado”, resumiendo el clima del momento en una frase: ”Y cuánto más queda por ver en este viaje de placer” .

“Llegar al Teatro fue muy importante para nosotros. Todo gracias a ustedes. Espero que lo hayan disfrutado”. Emocionado, JUANJO se despedía de su público anunciando su próxima presentación el 18 de diciembre en Asbury Rock.

“Derramando la copa” y “Tierra de perdedores” eran las que quedaban por oír. Mientras el GORDO continuaba anticipando el despegue en el micrófono, el cantante lo hacía explícito arrojándose al público, quien absorbe la transpiración de su cuerpo en cada palma, exprimiéndola en un maldito aplauso final.

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