RESEÑAS

Hermanados en algarabía

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“Gracias a todos y buenas noches, ya llegan los chicos de HERMANOS DE LA CALLE”, eran las últimas palabras de la gente de CRAZY MAMA, la segunda banda de la noche, que le siguió a HERMANOS DE SANGRE.

Así, con una silvestre declaración que se puede encontrar en cualquier recital, comienza esta nota. Y no es por nada, ya verán que las palabras de los intérpretes en la noche de rocanrol del Marquee serán el hilo conductor de este humilde reporte. No es por ser original, ya se darán cuenta que muchas frases valen la pena, sobre todo las de un personaje protagónico peculiar, que llevó toda su alegría al escenario del sábado.

La noche en declaraciones, la negrita, y su anáfora “Amigo, ¿querés una empanada?”, me preguntaban algunos chicos de la banda, mientras se preparaban para el show en el afamado sector “V.I.P.” del Marquee, y disfrutaban de sus bebidas energizantes de turno.

“¡Hermanós, Hermanós!”, (sí, con la tilde en la o) cantaba la gente alocadamente, desplegando una gran trapo rojo, cuando MARTIN (guitarra), MONO (voz), LEO (guitarra), PABLO (bajo), FERNANDO (bata), CHINO (teclado) y DIEGO (armónica) subían a la escena rock.

“Hola, hola, sí, sí, hola, hola”, tanteaban los micrófonos, mientras en el audio suenan “El 38”, “Ala delta” y “Sábado” de DIVIDIDOS.

“Bienvenidos loco, gracias por estar acá, ¡esto es rock and roll!”, son las primeras palabras del que sería el showman de la noche, el hermano MONO, que se colocaba en su cabeza un gorro con el nombre de la banda, rojo y blanco con forma de cono. En estas condiciones, comenzó el recital con “Una buena noche” y “Mala suerte”.

“Pará, pará porque rompí el micrófono”, aseguró el MONO, mientras bailaba con total alegría y felicidad, y con muchas chances de besar el suelo del escenario de un momento a otro por los estrambóticos saltos que pegaba. El show paraba entonces por un par de minutos.

“Che loco, ¡que no digan después que la gente vino sólo porque le pagaron el bondi eh!”, seguía disparando el cantante, que estaba en un momento de bienestar total al parecer, a punto caramelo diría alguno. Ahora se arreglaba el micrófono y seguía el rock con “Cuando todo descansa”.

“¿Alguien escuchó el nuevo disco che? ¿Se lo bancan? Bueno, ¡hoy se lo van a tener que aguantar enterito eh!”, amenazaba, y daba paso a “No me digas”.

“Che, me olvidé de decirles ‘bienvenidos a Masticando Mugre –el nuevo disco–’; así que ahora lo digo y ustedes gritan, ¿si?… ¡¡¡Bienvenidos a Masticando Mugre!!!”, “¡Eeeehhh!”, seguía el diálogo entre en MONO y su público. Seguía también “La enroscada”, enganchado a “La voy a dejar”; mientras la voz de HERMANOS DE LA CALLE se ata su buzo a la cabeza, tipo capucha.

“Un aplauso para los chicos que nos acompañaron con el saxo y la trompeta, ¡a los viejos también! Esto es HERMANOS DE LA CALLE, esta es una noche de rocanrol, y les digo que todo está…¡todo está muy bien!”. Luego de “Todo está bien”, pasaba “Lola”.

“Y si los ROLLING STONES hicieron un tema disco allá por los años ’80, ¿por qué no íbamos a hacer uno los HERMANOS DE LA CALLE? Por ahí nos sale para el orto, pero no vamos a morir en el intento”, hacía sonar “Patada otra vez” el MONO, mientras bailaba cual John Travolta en Fiebre de Sábado por la Noche.

“¡El rock and roll está acá loco!”, gritaba el frontman hermano, para darle lugar, lógicamente, a “El rock and roll está”, continuado por “Yerba mala”.

“¿Ya se aburrieron del disco nuevo? Porque si se aburrieron les devolvemos las entradas y fue, eh”, seguía bromeando el MONO para luego hacer sonar “Reproche”.

“Hay que disfrutar de las cosas buenas a cada momento, loco. Como levantarse mañana al mediodía y comerse un guisito con tu vieja”, anticipaba “Viene y van”, seguido por “Lucy”, que se enganchaba a “Sube y baja”. También llegaban “Dónde estás”, “Maldita policía” y “Sheyla”.

“Loco saben que después de lo mucho que pasó, todo está restringido, así que tenemos que terminar temprano y hacemos el último tema. Antes les quería agradecer a todos por estar acá, yo sé que es difícil; y lo de ustedes para con nosotros es una inyección de amor y vida”. Pasó “Hermanos de la calle”, y luego del tema homónimo de la banda, hicieron el último bis: “Qué te hacés”.

Obviamente, está claro que esta fue la nota más fácil de escribir que haya hecho este humilde cronista jamás, porque el MONO hizo todo el trabajo por mí; ustedes, lectores, ya se habrán dado cuenta. Sólo queda decir que, con esta presentación, HERMANOS DE LA CALLE dio otro paso para engrosar su palmarés. Con buen rock, y con mucha, mucha, buena onda, estos chicos la siguen peleando en el under, como lo vienen haciendo desde hace unos cuantos años.

Como no podía ser de otra manera esta nota se cierra con la palabra autorizada del MONO, el protagonista de esta anafórica nota en negrita, que para cerrar la noche se recató y fue simple: “Chau, che, gracias”.

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