RESEÑAS
Calypso Party

“Ajusten sus cinturones de seguridad, líneas aéreas Dulces Diablitos les desea a ustedes un muy buen viaje” Pasadas las diez comienza la música con “Fuego”, un ska instrumental donde los vientos van entrando en calor, mientras sube al escenario DIEGO (voz), que marca el ritmo con onomatopeyas.
Así se va entrando en clima; el trompetista baila su danza robótica, el trombonista enciende su pipa, y sube al escenario VIRGINIA, para completar el dúo vocal y su dinámica a lo PIMPINELA.
Pasa “Sin Rencor”, llega “Maldita Ambición” con su estribillo pegadizo que se quiebra para que DIEGO dispare versos ragamuffeados. Sube el primer invitado -MARCELO CASTAÑA- para acompañar con su trompeta a la banda en “From de Ghetto”, y si había algún distraído que entró al Condado sin saber qué le esperaba ya a esta altura, ha quedado bien claro que lo que Los Diablitos manejan es el ska más juguetón y energético, con colchón de sonido provisto por los vientos y aires de boleros por parte de la pareja vocal.
El público empieza a relajarse y a tomar en cuenta las indirectas del cantante: “Ya podrían empezar a levantarse”, “Bailen, es ahora o nunca” o “Ámense, Ámense”, y para eso el grupo ataca con el momento romántico de “Obsesión” y “Freedom in Chains”.
Con “Do that reggae music” bajan un poco para hacer una “Jamaican Style” y luego vuelven a subir para “Ruge Como Un León”, con GOY de KARAMELO SANTO cantando rimas y levantando definitivamente a la gente.
Para mantener el ánimo de fiesta en el aire invitan a MARCOS -RADIO ROOTS-, quien junto a los Diablitos contagia con el ska swingueado de “Rude Like You”, en el que el público se convierte en un gran coro que sigue el tema con un tarareo.
“Se van acabando los temas del disco” anuncia DIEGO, y quedan los últimos dos: “Whasamara” y “Déjame Decirte Adiós”, cosa que nadie hace y la banda no dura mucho fuera del escenario.
“No nos íbamos, todavía quedan tres temas en la lista” rompe las formalidades el cantante, y los siguientes tres temas son los nuevos, informa VIRGINIA. El primero es un rock steady que invita al público a “ponerse su mejor vestido” y bailar hasta llegar al final cuando se quiebra en potencia ragga. Luego viene “Papaya” y para cerrar la noche los Diablitos se ponen ska punk y arengan el pogo hasta desembocar en la agitación de “King Kong Five” de MANO NEGRA.
Así se despiden entonces; dejando a los que habían abandonado las mesas para ir a bailar frente al escenario detenidos en un último salto y transpirando la experiencia de haber pasado la noche atrapados por los ritmos seductores del infierno en el trópico.
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