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Cumbre de maestros
Charly García cerró la primera jornada del Cosquín Rock 2013, reuniendo a Serú Girán gracias al encuentro con Pedro Aznar y David Lebón. Además, participaron Ciro y Los Persas, Fito Páez, La 25, Los Gardelitos y más, ante un público superior a las 40.000 personas.
Una vez más, sucedió en Santa María de Punilla eso que comienza a convertirse en costumbre: este tranquilo sitio de Córdoba, de repente, mutó en el galpón del rock del país. Y es que una nueva cita del Cosquín Rock tuvo espacio allí, y los ríos y las calles del lugar cambiaron rotundamente su paisaje natural, revistiéndose de remeras y banderas, perfumándose de alcohol, choripán y marihuana, musicalizándose con Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota y Los Piojos y, también, de Almafuerte aunque en este caso no gracias a alguno de los cientos de puestos de comida y bebida sino a un tipo en particular, que mientras aguardaba por el inicio del show cantaba y cantaba “Sirva otra vuelta, pulpero”, como si estuviese en un karaoke al aire libre y su público fuesen todos los miles de transeúntes que pasaban a su lado.
El predio, ubicado en el Aeródromo del lugar, con las sierras de fondo, era inmenso; no es para menos ya que además del escenario principal debe haber espacio para el escenario temático y el hangar especial, y espacio también para que circulen de aquí para allá las más de 40.000 personas que asistieron a la primera jornada. Y si el número no fue mayor fue porque, por razones obvias, finalmente Casi Justicia Social no fue de la partida; tampoco lo fue, por cierto, Jimmy Rip, que por problemas de salud nunca dejó Estados Unidos para venirse a la autodenominada Capital del Rock.
Desde temprano arrancó la acción en cada uno de los puntos del sitio: sobre el Escenario Principal, Amel, Zumbadores, La Que Faltaba, David Lebón y Pedro Aznar animaron al público cuando todavía iluminaba la luz del sol. En la otra punta, en el Escenario Temático, hicieron lo propio Culpables de Este Sentimiento, Salta La Banca y Un Segundo es Demasiado entre otros, calentando el ambiente rollinga que explotaría ya entrada la noche con Cielo Razzo, El Bordo, Ojos Locos, La 25 y Los Gardelitos. En el Hangar, por último, el segmento Metal Para Todos desafió tímpanos de la mano de Vorax, Kamikaze, Coalission, Arpeghy, Harpoon y Ultragalana, por ejemplo. Fue tanta la oferta en la primera jornada del festival que hasta hubo ocasión de ver a Fuerza Bruta en vivo y a Tete de La Renga como un espectador más y, asimismo, de contraer matrimonio: Tamara Saavedra y Marcelo Marinelli, que se conocieron en el Cosquín Rock 2008, se casaron allí en 2013, con el oficio del intendente de Santa María, Dardo Zanotti, y la correspondiente ovación de la multitud.
Desde que se confirmó la participación en el mismo escenario de David Lebón, Pedro Aznar y Charly García comenzó a especularse con que tendría espacio la reunión de Serú Girán, y habría que esperar hasta el final de todo, bien entrada la madrugada, cuando el tecladista concluyera su momento, para saberlo. Antes, entonces, el guitarrista y el bajista demostraron parte de su talento en una hora; por su parte, de excelente humor, David entre otras canciones hizo “Mundo agradable”, “Esperando nacer” y “Parado en el medio de la vida”. Luego de recibir la ovación de la gente ante semejante muestrario de cancionero, ironizó: “Puedo dedicarme a esto, creo”. Aznar, por su lado, hizo algunos temas de su última producción, “Ahora”, y también se permitió un tributo a Sandro con “Se trata de mí”, usando una pista grabada de la voz del entrañable cantante; como no podía ser de otra manera, tal como pide su presencia, humilde y afable, el aplauso más respetuoso de la audiencia se lo llevó el siempre impecable Pedro. Antes de estos ex compañeros, Micky Rodríguez había preparado la fiesta piojosa que se desataría más tarde con La Que Faltaba, recurriendo a “El balneario de los doctores crotos”, “Chac tu chac”, “Fijate” y “Todo pasa”.
El pico más grande de ingreso masivo al predio se dio en la previa al momento de Fito Páez, y es que a partir de su participación comenzaban los tres platos fuertes de la jornada; además del rosarino, vendrían Ciro y Los Persas y Charly García. Había tanta gente en torno al Escenario Principal que trasladarse para ir al baño o para comprarse una hamburguesa o una cerveza era equivalente a una cruzada heroica; de hecho no faltaron, tirados en el piso, los que se dieron por vencidos y se acostaron hasta que alguien los encontrara y despertara. Y tampoco faltó el humor cordobés, que en las filas de venta de comida y bebida preguntaba en qué lugar había que ponerse para comprar caviar o se burlaba de los guardias de seguridad calvos, sugiriéndoles que se hicieran el flequillo. Todo con esa tonada especial y el obligatorio “culiado”, que a los que son de otra provincia de por sí conquista.
Sin dudas, si alguno le hizo honor a la cuestión de un festival e interpretó mejor lo que había que hacer ese fue Fito: tuvo menos de una hora y media para cantar, y con la premisa de “dejarle caliente el escenario a Charly” terminó haciendo ni más ni menos que la más destacada performance de la primera fecha de esta edición del Cosquín Rock. Sin pausa, pero sin apuro, hizo una tras otra todas sus grandes canciones en excelente forma; nada pudo criticársele al pianista, que se ganó el acompañamiento de todas las voces con “El amor después del amor”, “11 y 6”, “Ciudad de pobres corazones”, “Mariposa Tecnicolor”, “Brillante sobre el mic”, “A rodar mi vida” y más y más de esos temas que todos conocen.
Por su parte, y particularmente en los festivales, Andrés Ciro Martínez sigue luchando contra la inevitable espera del público de que haga canciones de Los Piojos; sin embargo, el frontman, a quien si hay algo que le sobra es espalda ante cada show, basa sus participaciones en sus flamantes composiciones y dosifica los momentos en los que cede y echa mano a lo hecho con su antigua formación. En esta ocasión, los temas que levantaron a la audiencia fueron “Taxi boy” y “Todo pasa” en primer lugar, más los del final: “El farolito” y “Pistolas”. Y, además, el que hizo junto a Micky Rodríguez, “Morella”; como siempre, el encuentro entre el cantante y el bajista arriba de las tablas confirma el entendimiento entre uno y otro; el canoso hombre al frente de La Que Faltaba, contento y juguetón, se muestra como el socio que más perduró al lado del cantante. A partir de “Héroes de Malvinas”, una de las mejores canciones del último álbum de Ciro y Los Persas, “27”, se produjo una aparición especial; diversos ex combatientes de Córdoba reconocieron al cantante por el homenaje y le prometieron acompañarlo por donde vaya; el segmento patriótico, y el concierto mismo en fin, concluyó con Ciro y su armónica, haciendo el himno nacional.
Ahora sí, entonces, era el momento del final; ya habían transcurrido los primeros treinta minutos del domingo y una explosión de fuegos artificiales avisó que Charly García surgiría en cualquier momento. El inmejorable marco de las estrellas y las sierras, más el recuerdo del emotivo show de la edición 2012 del Cosquín pusieron las expectativas muy arriba para lo que vendría; no obstante, lamentablemente, durante el primer tramo de la participación del cantante su voz precisamente no se escuchó y, hacia la mitad, cuando esto mejoró, el sonido en sí de la excelente banda que lo acompaña iba y venía. Como era de imaginarse, sin embargo, la ausencia de voz fue suplida con el público que no tuvo problemas para entonar y hacer oír “Demoliendo hoteles”, “Fanky” y “Rezo por vos”; en este aspecto, la presencia de Rosario Ortega como segunda cantante también fue fundamental.
Además de los diversos conflictos de sonido, la participación de Charly tuvo altibajos por la lista de temas seleccionada. “Olé olé olé olé, Serú Serú”, gritó la gente haciéndose eco de que por allí andaban Pedro Aznar y David Lebón. De inmediato, el cantante los frenó: “1, 2, 3 basta. Eso ya lo tengo todo dibujado, muchachos”. Y, efectivamente, cuando las agujas corrían hacia las 3 de la mañana, aparecieron Pedro y David y Charly introdujo a la tan reclamada banda: “Nos falta nuestro baterista, Moro, lamentablemente fallecido. Sino estaríamos todos hoy acá. Pero puedo decir que hoy toca Serú Girán”. El público que ya se había desentendido, repentinamente, se arrimó hacia el centro de la escena; los que ya se estaban yendo volvieron y los que estaban tirados en el piso se levantaron; entonces, el reunido trío hizo “Perro andaluz” y “Seminare”, entre alguna broma por la falta de ensayo. Y después, finalmente, cuando aún resonaba una nueva explosión de fuegos artificiales, Charly cerró la primera jornada con “Canción para mi muerte”, a la que definió como “un himno de fogón”. Y, para variar, por supuesto que llevaba razón el maestro.
*Fotos por Fernando Fernández
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