RESEÑAS
Hijo de Mama Reggae

LA MILONGA DE ALABUM abrió la noche pasando por todos los ritmos latinos imaginables y agitando al público con diferentes trucos, desde un bailarín pseudo cubano hasta el bajista luciendo su bajo inalámbrico por entre las mesas. Todo valió la pena por que ya no quedaba nadie sentado para el momento en que RESISTENCIA SUBURBANA tomó el escenario.
El Tren De La Resistencia
Reggae climático que asciende al techo en forma de humo dulce, los arreglos decorativos de los teclados y las guitarras lubrican las letras con carga social que recita la voz de LUIS ALFA, y entran deslizándose tanto por los oídos como por los ojos de las cabezas que se mecen encandiladas por las luces rojas y verdes del escenario.
El recorrido es por temas de todos los discos de la banda, y hay pocas interrupciones entre canción y canción para no romper el trance. Cada tanto LUIS agradece los coros que siguen cada riff sincopado, se disculpa porque el lugar tenga sillas -que están siendo completamente ignoradas- y pide que nada detenga la fiesta.
La noche transita diferentes climas, con pogos tranquilos que se agitan en los momentos más raggamuffin y rapean denuncias en temas como “Toma Lo que Es Tuyo” y “Cuidado”, para volver luego al misticismo reggae como estado natural.
Una vida espiritual voy tratando de encontrar (Y mientras la estoy buscando me tomo algo en el bar)
No todo es seriedad; el humor puede ser el mejor medio para hacer llegar un mensaje y esa propuesta queda clara con “Cada Vez Más Yankis” y su caricaturización del colonialismo cultural. Después, para “todos los que no pueden definirse… como yo”, según palabras de ALFA, viene “Rastone” (50% rasta, 50 % Stone), tema de su disco “La Unión Verdadera” que es aclamado por todo el público, pero especialmente por aquellos que lucen flequillo y pantalones tejidos.
Un breve interludio para que el cantante le pida un vino a la cajera, que sólo se hace cargo cuando tiene a toda la audiencia enfrente reclamando que entregue el pedido para que se reanude la música.
Llega el vino a través de todo El Condado y siguen lloviendo las consignas: “El León no tendría melena si se dejara esquilar…”, “… ¿Quién es la muerte?, yo digo vos. ¿Quién Satanás?, yo digo vos… (F.M.I.)” y anuncian que va llegando el final.
Pero antes…
“Gracias a BOB MARLEY”
Un cover, “Iron, Lion, Zion”, que pone a todo el mundo a cantar el estribillo mientras la banda va bajando decibeles hasta desaparecer.
Un último tema, informan, y es “La Unión Verdadera”, un ruego al Che Guevara que deja a la gente hambrienta de más.
La banda se despide y se va, no cambia nada debajo del escenario, se prenden las luces del lugar y sube la música de cortina final, pero nadie quiere hacerse cargo del desalojo.
Al rato WALTER TURQUITO – guitarra- se para frente a su micrófono apagado a pedir al sonidista que le dejen tocar un bis. El silencio indica la negativa que el público no va a aceptar. Sube la banda, y con el volumen bien bajo al principio tocan un último tema: “Explotación Obrera”.
“Es evidente que llegamos al final…” dice el cantante y entonces Resistencia se va. El público también, pero con la satisfacción de haber tomado lo que es suyo.
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