RESEÑAS
Banderas Contestatarias

Montañas de agua caen del cielo en el primer viernes de abril. La gente corre por las calles del centro que comienzan a inundarse. El reloj marca las 19. Pero el mal tiempo no existe dentro de Radio Nacional. La banda uruguaya LA TABARE es la encargada de transformar la realidad en el Auditorio Mayor Tita Merello.
“Los mejores en este discreto arte de fracasar”, dice en el medio de la presentación musicalizada el baterista FERNANDO ALFARO. Lo acompañan en el escenario TABARE RIVERO (voz), HERNAN RODRIGUEZ (guitarra) y DIEGO VARELA (bajo). Habrá que esperar hasta la segunda canción, luego de “Montelevideo me mata”, para que MONICA NAVARRO (voz y yerbomatófono) haga su aparición.
Son 20 largos años de trayectoria y 9 discos los que carga en su mochila el grupo nucleado alrededor de la figura del actor, escritor, compositor y músico TABARE RIVERO. En medio de la oscuridad, alumbrados por destellos de luces verdes y rojas, irradian energía pura como si fuera la primera vez que pisan un escenario. Su combinación de distintos estilos los hace únicos. Rock, murga, candombe, milonga y folk se entremezclan a lo largo de sus temas siempre con letras cargadas de pensamientos profundos y contestatarios.
“Tenemos la suerte de vivir acá, en una libertad que no funciona”, canta RIVERO en “Caos en R.O.U”, del disco ”Yoganarquía” (1997). La banda está completa sobre el escenario luego de la presentación y despliega sus dotes artísticos acompañando con elocuentes gestos las frases. “La casualidad hizo que el presidente se llame igual o es una cuestión de marketing que usó para ganar votos”, bromea RIVERO al terminar el tema. Así suma risas a los constantes aplausos.
Al comienzo bien arriba, siguen dos canciones de ”Sopita de gansos” (2002): “Acicaladas alas alicaídas” y “¡Qué noche la de aquel día!”. Después viene “Memorias de la sirvienta” un rock con toques candomberos que pertenece a ”Queterecontra” (1999). El yerbomatófono, un instrumento musical creado por el porteño CARLOS IRALDI para los humoristas Les Luthiers, le da un toque especial.
Pasan dos temas de ”Placeres del sadomusiquismo” (1992) repletos de candombe y rock. Entonces, el periodista ENRIQUE SYMNS se levanta de su silla de la tercera fila y, tras la presentación de TABARE RIVERO, sube a las tablas. Cigarrillo en mano, dice que le dedica su poema a “fuerzas maravillosas de la muerte que hoy están arrastrando a un vampiro hacia la nada”. Música cargada de pesadez acompaña el relato de SYMNS, que se vuelve cantado y algo heavy por momentos.
“Sopita de gansos es un disco acústico que rompió con el pasado eléctrico. Además del pogo está bueno usar la cabeza”, señala el cantante uruguayo en su retorno al escenario. Así empieza a sonar el rockanrolero “Flan Flan”. El argentinismo futbolero sale a flote cuando en la murga “Alegris” los músicos se quedan literalmente en pausa y el público corea, junto con aplausos, “ole, ole…La Tabaré…”. Continúan. Auditorio y banda bailan con electricidad “La enemistad”, para concluir con “Ojalá (Ya no será)” fusionada con “Waiting for 1989” de SUMO. Llega el momento de los bises, para cerrar con un tema propio, “Putrefashion”. Para este momento, grupos de gente saltan, agitan los brazos y cantan a viva voz.
Sostenidos aplausos, como los que se vivieron durante todo el show, acompañan la despedida. Varias generaciones reunidas para ver al quinteto uruguayo ya adoptado como porteño palpitaron al ritmo de poéticas letras cargadas de compromiso social y denuncia. En una hora el auditorio vibró por y con LA TABARE.
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