RESEÑAS

Catupecu dejó a Obras sin suelo

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Potente, emotivo, caótico, descontrolado, por momentos desprolijo. Todas y cada una de estas palabras describen lo que fue el primer Obras de CATUPECU MACHU.
La escenografía fue majestuosa. El escenario principal con los tres músicos en una misma línea, otro alternativo montado entre el mangrullo y el super pullman, con los clásicos tambores tocados por GABRIEL en el tema “Ritual” y un arpa láser conectada por sensores a un sampler, invención de “GABY”. También hubieron pasarelas a los costados del escenario con dos pantallas que reproducían imágenes del show. Pirotecnia y hasta una orquesta de cuerdas dirigida con sobriedad por el bajista y cerebro de la banda.

A contados problemas, mucho aguante

Apenas pasadas las 22.15 del sábado, el trío de Villa Luro salió a escena buscando apabullar a sus mas de 3.500 fans. “Secretos Pasadizos” inició la noche gloriosa y, como no podía ser de otra manera en un show de CATUPECU, también comenzaron los problemas. De movida, la guitarra de FERNANDO no quiso funcionar. Sucedería lo mismo en el segundo tema, “Héroes Anónimos”. Igual suerte corrió ABRIL, cuando el secuencer se negó a que su solo fuera inolvidable. Y el arpa láser amagó con no responder a las órdenes de GABRIEL, como para terminar con un problema por cabeza.

Pero al público no le importó demasiado. El ida y vuelta entre la banda y su gente genera una energía arrasadora.

Secundados por MARTÍN MACABRE en los teclados y las programaciones, CATUPECU demostró su filosofía: cada show es el primero y el último.

La orquesta de cuerdas en “Entero o a pedazos” marcó la primera de una serie de interminables emociones que se dieron en esa noche.

El menú Catupecu

La lista de temas se basó en la totalidad de Cuentos decapitados más los clásicos de CATUPECU, entre los que se destacaron una versión super punk de Elevador, “Dale” (con una veintena de chicos y chicas del público elegidos por FERNANDO al azar sobre el escenario, más las presencias de Nagui y Olmedo, reclamadas con insistencia por el cantante) y el interminable último tema del set, “Le di sol”, en el que FERNANDO, desde una de las pasarelas, se arrojó sin miramientos hacia una de las populares, regresando al escenario sobre un mar de brazos.

Tampoco faltó el salto de GABRIEL desde la misma pasarela de la cual se arrojó su hermano, pero esta vez directamente sobre el público del piso.

Visiblemente emocionados, terminaron su primer Obras como lo empezaron, a pura adrenalina y con toda la gente que trabaja desde siempre con ellos sobre el escenario.

FERNANDO, verborrágico a más no poder, GABRIEL, poseído por su música, y ABRIL destrozando los parches, dieron lo que seguramente fue uno de los shows más potentes, calientes y emocionantes de este año 2001.

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