RESEÑAS
DISMEMBER en Buenos Aires

Las paredes de Cemento parecían estar preparándose para lo que vendría en horas. Ya habían sido testigos en junio de la inolvidable visita de CANNIBAL CORPSE, y ahora, unos meses después, volverían a ser atacadas nuevamente por una de las ramas más extremas del metal, de la mano de uno de los exponentes más importantes del viejo continente: DISMEMBER.
Comparando esta presentación con la de los norteamericanos, esta vez no hubo tanto público en el lugar. Quizás, al tratarse de un día de semana, acercarse al recinto desde puntos más alejados del país se complica un poco, ya sea por trabajo u otras responsabilidades, pero igualmente unas 600 personas dieron el presente, a modo de bienvenida para los suecos.
Hay que destacar la gran organización del evento, el cual comenzó en el horario estipulado, además de la puntualidad entre los soportes, que salían a escena uno tras otro. El cartel de invitados estaba formado por cuatro bandas, las cuales se podrían ubicar en dos equipos: el que hace mucho que no se tiene noticias, y el que se viene escuchando bastante seguido.
El primero estuvo formado por los longevos DEVASTACION, a quienes no pude ver, y JESUS MARTYR, que con una nueva formación (incluye a MARCELO CASTRO en batería), hicieron temas de su disco ”Sudamerican porno” y presentaron composiciones actuales ante un público que prácticamente los ignoró, vaya a saber uno porqué. Sólo algunos festejaban su presencia en el escenario.
El equipo dos contaba con MASTIFAL y ASINESIA en sus filas, nombres últimamente bastante presentes en este tipo de eventos. Los primeros dieron su ya clásico set de brutal death metal, invocando a su disco ”Desde las tinieblas”, mientras que los ”privados del movimiento” (nombre del disco y definición que da nombre a la banda) se pasearon cómodamente por su death/trash y hasta versionaron a SLAYER y PANTERA en ”Rainin blood” y ”Cowboys from hell”, respectivamente.
Instantes después, un grupo de asistentes preparaba todo para lo que iba a venir. La bandera con el logo tapaba los ladrillos del escenario del lugar, y a su vez, hacía de telón ocultando a los músicos tras él. De un momento a otro se empezó a escuchar una melodía instrumental anunciando la inminente llegada del quinteto a escena. Y así fue… uno tras otro fueron saliendo al lugar, mientras un griterío incontenible les daba la bienvenida.
El cantante MATTI KARKI -un perfecto vikingo- saludó cordialmente a todos, aunque esa cordialidad desapareció instantáneamente con ”Where ironcrosses grow”, el primer corte del disco de igual nombre, que estaban presentando en la gira. Infinita y violenta velocidad en los temas, le volaban los pelos a más de uno de los presentes, quienes devolvían tanta gratitud a puro headbanging.
Como comenté anteriormente, el lugar no estaba tan lleno, de manera que éste fue un especie de show íntimo, el cual se podía observar cómodamente desde cualquier lugar de la pista, sin recibir empujones ni otro tipo de demostraciones de afecto hacia los músicos.
Los clásicos no se hicieron rogar. A poco de comenzar, por los parlantes ya bramaban ”Casket garden”, de aquel recordado simple homónimo. También hubo tiempo para volver al primer disco en ”Soon to be dead” y ”Skin her alive”.
La relación músico/público fue acrecentándose con el paso del tiempo. El ya clásico “ole ole ole” con el bombo de batería, o los ¿demagógicos? “Arshentina, we´re great”, se repetían entre tema y tema.
Luego de una hora y media de show se fueron del escenario, volviendo para los obvios bises, con el atormentador sonido de bajo a cargo de los dedos del gigante JOHAN BERGEBÄCK (reemplazante de RICKARD CABEZA) en ”Dreaming red”, mientras que el reloj marcaba que ya casi era la una y media, y dejando en claro que el death metal atacó una vez más Buenos Aires.
De esta manera terminó el debut de DISMEMBER en el país con una gran presentación, que esperemos, no sea la última
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