RESEÑAS
Un par de copas de SANGRILA

Un murmullo de resaca de las dos bandas soportes -KROMOSOMA y COJONES DE JABALI- al fondo, papelitos y cantitos al frente y 5 músicos sobre el escenario eran el saludo a un adiós: “Buenas noches, esto es ¡¡SANGRILA!!” se escucha entre el conteo de palillos para inaugurar la noche con “Quiero”.
Piano al mando con sonido de cuerdas sintetizadas siguiendo al redoblante entre coreos para hacer un tema más oscuro: “Bonacera”. Mientras la gente se zambullía al pogo desde el escenario, EZEQUIEL MOSQUEIRA (voz y guitarra) anticipaba el tema en una escala de distorsión: “Vamos a ir con un tema que está en el primer demo de la banda –“Sangre de Lobo”, se llama ”Infinito”.
“¡Muchas gracias por venir!”: rasguido punk de bajo (RUSO), al fill de la bata (ANDRES) mientras MOSQUI mimetizaba la letra con sus manos al coreo de la gente en “Doble seis”. ”Vamos a ir ahora con un tema nuevo”. Un punteo entre acordes rengos desemboca en el rock de “El hombre”.
El cantante abandona su viola y cede el micrófono a dos integrantes del público para hacer “Recuerdos”, con la que agradece en tono irónico diciendo “Muchas gracias a nuestras bailarinas”. La relación con el público amigo se impregna tanto en una bandera como en la fusión del suelo y el escenario a la hora del show.
De nuevo con la viola en mano, hacen los dedicados de la noche sobre un reggae rebotando entre el sonido del bajo para desembocar en el rock de “El cuervo”, que se disuelve de nuevo al reggae con un solo de piano de la mano de TECLA. Anuncian que el 4 de diciembre se estarían presentando en el Marquee, lo más tarde posible para dar lugar a saborear el recital rengo en Huracán.
El pedido de MOSQUI –“¡Canten ustedes que estoy cansado!”– sumado a un par de acordes de eléctrica bastó para exprimir las voces del público en “Luz de soledad”.
“Hoy es una noche de temas nuevos” dice la voz de la banda con el micrófono en mano sobre acordes suaves, mientras la gente recibe el tema.
“El gordo paz” desata el pogo entre rasguidos de despegue que da lugar a la bata a jugar entre punteos de la viola de FABI, desbordando a gritos el estribillo que dejan la voz rasposa y preparada para “Ironía”.
Suena “Alma sin ley”, aclimatado desde la batería y un bis de la gente sobre una base de piano y bajo, que concluye con un “muchas gracias” de mutuos aplausos.
“Este tema va dedicado a todos los que nos siguen siempre y están ahí mirándonos y apoyando a la banda” se escucha sobre el bajo de “Miradas perdidas”.
Lentamente un crucigrama de punteo, bombo y palmas deja caer una lluvia de platillos que se pierden en los rasguidos punk de “Esperando el final”, seguido de “Tu infieno, mi paraíso eterno”, cuestionando la etiqueta del estilo musical de la banda.
“Con este tema nos despedimos, muchas gracias por venir, seguirnos y apoyarnos”. La bata marcha tentando a los músicos a saltar con “Gladiadores”.
Un último acorde no puso fin a la canción, que todavía respiraba en la voz del público pidiendo por más. Los músicos vuelven al escenario solo para acompañar en una base de viola y platos a la gente, que cantaba “Entre tus sueños”.
Concluyendo con saltos sobre el escenario, se escucha “Dale que va”, uno de los primeros temas de la banda, donde el micrófono se hace fuego de una tribu que lo rodea desde abajo, esperando volver a prender esos viejos leños.
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