¡Ojo con El Ojo!

El Especial, Córdoba y Julián Álvarez. Fiesta Lima Limón. En la parte trasera suenan clásicos oldies y se proyectan en una pantalla animaciones como la imperdible The Tune del glorioso BILL PLYMPTON (¿se acuerdan de los inicios de MTV Latino, cuando en las tandas pasaban a dos tipitos agrediéndose de las maneras más violentas y originales sin que ninguno perdiera la cara de nada? Ese es Bill Plympton).

En el sector delantero, al que se accede al subir las escaleras de la entrada, pasan clásicos modernos y se ven películas de fondo. Del techo cuelga una enorme bola espejada. También hay un maniquí pelado y mutilado, sin las piernas ni el pubis. Lleva puestas unas antiparras y una remera blanca que deja que un pecho se asome. Tiene uno de sus brazos levantado, como si estuviera saludando a alguien que está muy lejos. Sobre el abdomen se ve el dibujo de un ojo. Debajo del maniquí estrafalario hay otro ojo: EL OJO DE SANCHEZ.

Para una fiesta llamada Lima Limón, nada mejor que una banda que tituló a su segundo disco Algo ácido. La acidez de la banda se manifiesta en las letras altamente imaginativas (quema el aire / los coches me vomitan / sabe bien la cal, de Fan fan, es un buen ejemplo) y en los teclados voladores de CLAUDIO MENNE. La influencia de los platenses PELIGROSOS GORRIONES es notoria, y lo reconocen, pero por fortuna no son una mera copia sino que tienen aspectos originales. Están los climas enrarecidos, enfermizos y la angustia exaltada, pero también hay lugar para los estribillos coreados con fuerza y hasta por momentos tienen humor (corrosivo), como cuando cantan acerca de bronceados de Miami y camisas de Versace.

En definitiva, se trató de un show bien pensado para una fiesta: una sola banda, un set corto y efectivo con un buen sonido y una puesta en escena interesante. EL OJO DE SANCHEZ editó recientemente un disco con cinco temas (un canapé, según ellos) que incluye un video. Dicen que lo bueno viene en frasco chico… ¡Ojo con El Ojo!