RESEÑAS
Dejando marcas

Veloz. Así entré a Cromagnon, tarde como siempre tarde y en la mitad del show de SATAN DEALERS. Creo que algunas cosas nunca van a cambiar. Ya habían pasado DIEGO BORIS Y LA RESISTENCIA y D.I.O.N.I.S.I.O.S (¿y para qué tantos puntitos?). Era inevitable oír el retumbar urgente que ofrece el rock crudo y no mirar al escenario. SATAN DEALERS son buenos, de verdad. Mezclan el rock garage con un sonido más metálico, extremo, volviendo a Detroit, por la misma ruta que los STOOGES o MC5 pero avanzando algo más rápido.
Al rato salió MINORIA ACTIVA y el agite empezó a crecer. Entre temas nuevos y clásicos del B.A.H., su show atrajo a seguidores del género, los nostálgicos más grandes y los adolescentes que pretenden revivir el tiempo que pasó y al que llegaron desafortunadamente tarde. Ahí es donde aparecen los inconvenientes y MINORIA se convierte en un grupo “para fanáticos del estilo”, vuelve a rizar el rizo mirando de cerca la monotonía y el aturdimiento.
Con SHAILA ocurrió algo parecido. Escucharlos vuelve inevitable la comparación con el grupo de GORI y NEKRO y se queda atrás justo donde FUN PEOPLE iba delante de todos los de su camada: en las canciones. Demostraron buenas interpretaciones y fuerza, ganando algo de emoción sin perder el paso. Pero siendo melódicos, la melodía no abunda y ahí fallan ciertos temas, todo se vuelve algo repetitivo y la música va y viene recorriendo un camino que ya se recorrió antes y mejor.
Y los mismos lugares comunes aparecieron con BULLDOG. Son los mismos tics del género los que terminan por atraer mucho público típicamente punk rock y alejar al resto. Simplistas, no hacen de la sencillez una virtud como lo supieron hacer otros grandes grupos y justamente esto les juega en contra. Fueron de los que más convocatoria tuvieron el sábado, sonaron muy bien y su show fue de los más calientes, pero ahí quedó todo. Nada nuevo mostró el grupo que encabeza la nueva cola del punk local, con menos fuerza y más espuma que las anteriores.
MASSACRE en cambio, mientras mira las nuevas olas, ya es parte del mar. Abrieron su show con ”Nuevo día” y no pararon de conmover, volviendo encantador el revisionismo y demostrando que las mejores canciones son esas que no tienen tiempo y suenan hoy igual que ayer, sin miedo al anacronismo. Siguieron, entre otras, ”Tres paredes” (esa del sueño peleando contra la verdad, el pensamiento que impide ver la realidad, los tres muros de placebo y la eterna duda existencial de no saber definirse ya), “Angélica”, “Seguro es por mi culpa” (!!!) y ”Mi mami no lo hará”. Cerraron con ”Estallando desde el océano” y quizás es verdad que son el grupo que mejores covers hacen por acá, pero también son más y eso es lo mejor. Ganaron la noche.
Y WALLAS fue el primero en hacer referencia clara al tema de “desmarcarse” y a lo importante que es que la consigna se vuelva una conducta y más que el gesto de un día. En un ambiente rock que se volvió un negocio inundado de marcas y marketing en busca del “adolescente consumista”, la resistencia se vuelve indispensable.
De cualquier forma, nadie supo explicar la paradoja de que el Festirock lo hayan organizado grupos autogestionados que también participaron y se aprovecharon de los festivales masivos enmarcados por mega empresas en nombre del rock. Dejo la duda.
Por otra parte, poco queda ya del caótico comienzo de LAS MANOS DE FILIPPI y su sonido hoy es más ajustado y parejo, sin por eso perder fuerza ni contundencia en el mensaje. La sección de vientos fue un tesoro que supieron encontrar y del cuál se aprovechan en buena forma, recuperando el espíritu del primer MANO NEGRA y demostrando como sonarían LOS AUTÉNTICOS DECADENTES si fueran más punks que fiesteros.
Tocaron “I.P.G.H.”, “Los Métodos Piqueteros”, “Sr. Cobranza” (ya queda vieja la canción, habla de Cavallo!, y pensar que criticaban a la Bersuit porque la seguían tocando.), “Sr. Esperanza”, “Cutral Có” y demás clásicos de discurso panfletario y “revelde”.
Un detalle: MOSKY sale con una remera del EZLN con los ojos del Subcomandante Marcos. ¿Podemos decir que eso también es una “marca”?, ¿no es marketing guerrillero?, ¿De verdad existen las marcas buenas?, ¿Nos desmarcamos de todas o de algunas?.
Cuando apareció EL OTRO YO el lugar ya estaba completo. Largaron con “Lo de adentro” y a pesar de los problemas con el micrófono de CRISTIAN, siguieron como si nada ocurriera y aprovecharon la noche para repasar canciones de la vieja época (cuando estaban más cerca de SUAREZ y SONIC YOUTH que de ATTAQUE 77 y NIRVANA, en todo sentido) y de sus últimos discos repletos de hits adolescentes.
El paso de EZEQUIEL ARAUJO de los teclados a la guitarra revitalizó las canciones y los hizo crecer en vivo. Pasaron “La tetona”, “69”, “Calles”, “E.O.Y.”, “No me importa morir” y demás temas que endulzaron el ánimo de chicos y chicas exaltados.
El mismo CRISTIAN se refirió al festival y sus motivos. También invitó a que la propuesta de desmarcarse fuera asumida por cada uno por mucho tiempo más que un día, confirmando desde el escenario que para él, la música sí tiene mensaje. Además, agradeció el apoyo de las ONG´s, los grupos, la Unión de Músicos independientes, y el resto de los participantes.
Pasó la música y el show, ahora sólo resta ver si el mensaje hizo pie en alguna conciencia y si las cosas empiezan a cambiar un poco; o si todo quedará en la anécdota de un agradable sábado más.
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