El power mexicano llegó a Obras

La noche arrancaba sorpresivamente más temprano de lo anunciado con la presencia de VOLADOR G en el escenario. El cuarteto pop presentó sus dos eps (editados por POP ART) llamados “Animal” (2002) y “Ultramar” (2003). Luego de 20 minutos de bellas melodías, y de una cuidada voz a cargo de FERNANDO PECORA, cerraron su performance bajo los respetuosos aplausos de la gente.

Llegaba el turno de CABEZONES, y la banda de CESAR ANDINO mostró como siempre una prolijidad notable. Arrancaron su set con “Ella se olvidó de mi”, seguida de “Sueles dejarme solo”. Luego repasaron temas de su última placa “Eclipse (sol)” como “Abismo” y “Vertiente”. Tuvieron el apoyo de su público en todo momento, que pese a no ser mayúsculo, no se cansó de festejar cada uno de los temas. El final vendría con “Globo”, el último corte de difusión, para así despedirse de la masa que ya ansiaba la adrenalina Azteca.

Órale guey

Luego de pasearse por diferentes escenarios porteños en giras anteriores, los cuates de MOLOTOV llegaban a Obras Sanitarias con el pulgar del público bien arriba.
Meses atrás habían reventado El Teatro, y esa fue una razón más que suficiente para dar semejante paso.

Las luces se apagaron para dar paso al huracán mexicano, que se presentaba con el tema que da nombre a su última placa “Dance and dense denso”. La locura se trasladó rápidamente del escenario al público, que no paró de gritar y saltar en las casi dos horas que duró el show.

Hicieron pie en la noche arrollando a cada paso con la mezcla que los hizo tan famosos. Por un lado la descarga de ira contra las autoridades corruptas, los abusos de poder y la opresión norteamericana. En la otra vereda están las parrandas, las mujeres (desfilaron más de 50 por arriba del escenario) y los excesos (“mota, macoña, marihuana, hay muchas maneras de llamarla”, decía PACO)

El teclado estuvo a cargo del “ZORRITO” VON QUINTIERO en gran parte del show, y a la hora de tocar “Gimme tha power” fueron acompañados por DANI y el CONDOR de la BERSUIT.

La fiesta desatada desde un principio llegaba a su fin, y de a poco se fueron despidiendo. Con “Frijolero” dieron su primer adiós, pero obviamente volverían para darle más a la desaforada afición. Fue ahí cuando TITO -disfrazado de diablo- entonó la versión chingona de “Bohemian Rhapsody”, llamada “Rap, Soda y Bohemia”, seguida de “Mátate teté”, para finalizar con el grito popular que acompañó a la banda toda la noche: “Puto”.

El desembarco mexicano en nuestro país es cada vez más fuerte. Primero tuvimos que soportar a MANA, luego nos maravillamos con los originales CAFE TACUBA, y por último MOLOTOV, que pisó fuerte en Obras, confirmando su poderío en una noche explosiva.