El banquete llegó a Mar del Plata

A las 22:40 las luces se apagaron y la noche se tiñó de rojo debido a la gran cantidad de bengalas encendidas. La fiesta arrancó con A tu lado , igual que en el recital donde presentaron el disco nuevo, el 8 de Noviembre en Córdoba. Después vinieron temas como Las cosas que hace” y ¿Cuando vendrán?.

En el séptimo lugar de la lista estuvo el tema que le da nombre a su último trabajo: Detonador de sueños. Después llegaron clásicos como Despedazado por mil partes, Lo frágil de la locura” y Veneno, que encontraron en el público una respuesta mucho mayor a las canciones nuevas, ya que no paraba de saltar, bailar y cantar.

A continuación vinieron dos lentos como para descansar un poco: Míralos, dedicado a los chicos que están por nacer, con un video muy emocionante en las pantallas gigantes, y ”La balada del diablo y la muerte, previa presentación de CHIZZO, diciendo que los había visto en la playa, que podían estar en cualquier esquina y que eran temibles, cantado en su mayoría a capella por la multitud y en la que se pudo notar la gran emoción de todos los integrantes del grupo.

Volvió el rock and roll fuerte con Estalla y El ojo del huracán. Más tarde llegaron El revelde, La nave del olvido -con un solo de guitarra en el medio realmente increíble- y, pegado, El rito de los corazones sangrando, para terminar la primera parte con Lo frágil de la locura.

La banda se fue del escenario y la gente pedía con fuertes cánticos que vuelvan: ”LA RENGA no se va, LA RENGA no se va…”. A continuación, se escuchó el furioso rugido del león que exclamó Panic show, cortado en la mitad por un popurrí integrado por Negra mi alma, negro mi corazón, Me hice canción y Blues de Bolivia, una de las canciones que generó el pogo más grande.

CHIZZO, TETE y TANQUE saludaron, pero nadie se movió porque sabían que faltaba el máximo hit de Detonador de sueños: La razón que te demora.

El final fue con el tema con el que habitualmente cierran los recitales –Hablando de la libertad-, acompañado por fuegos artificiales con los que se cerró ésta gran fiesta que fue impresionante. Mar del Plata fue, realmente, una ciudad feliz.