RESEÑAS

KINKY debutó en Buenos Aires

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La burocracia del palo

En la puerta del bar Voodoo de Las Cañitas comenzaba una inmensa cola de gente esperando por ingresar. Algunos aguardaban pacientemente por sacar su entrada, pero muchísimos otros, amontonados, aspiraban a acceder sin pagar: invitados, amigos de invitados, músicos conocidos y no tanto, famosos, semi-famosos, aspirantes a famosos, aspirantes a aspirantes a famosos, conocidos de los patovicas que custodiaban la entrada, periodistas, agentes de prensa, turistas, adultos pretendiendo continuar su adolescencia y gente sin nada mejor que hacer un jueves por la noche en Buenos Aires decían figurar en alguna de las infinitas listas de acreditados para ver el show. Todos -aún los acreditados con anticipación- debieron soportar una demora ridícula, casi kafkiana. Ofuscado, alguien preguntó con ironía ¿Quiénes tocan? ¿Los WHO? ¿THIN LIZZY?. La burocracia del palo va a terminar matando al rock.

Funk & Roll

Lo de LOS TETAS es 98% funk en la línea FUNKADELIC-SLY AND THE FAMILY STONE y el 2% restante hip-hop y algo de gangta rap. Indudablemente tienen una vasta cultura fonk (así lo pronuncia el cantante del grupo), suenan muy bien, no tienen problemas en entretener a una audiencia gracias a la experiencia que adquirieron durante sus años de giras por el exterior, pero a veces se aferran demasiado a los clichés del género, y las rimas improvisadas no son del todo logradas (como rapeaban con gracia los uruguayos EL PEYOTE ASESINO en Mal de la cabeza, parece fácil rimar palabras que terminan en ar).

DANTE SPINETTA, que compartió por primera vez el escenario con LOS TETAS cuando todavía integraba ILLYA KURYAKI AND THE VALDERRAMAS, se reencontró con los chilenos como invitado sorpresa y demostró que no sólo es un gran frontman y un cantante con un estilo muy personal sino que también conoce los secretos de la guitarra funky como muy pocos en la Argentina.

Un aperitivo groovy para comenzar a mover el coolo de a poco, que recibió una cálida despedida de un público dispuesto a seguir bailando. Mientras KINKY se preparaba para salir a tocar (recién lo hicieron a las 3:30 AM) sonó una impecable selección de música disco que incluyó Rock it de HERBIE HANCOCK (¿hace cuántos años que no sonaba este tema?) y otros clásicos de los ’70 y los ’80, época donde MICHAEL JACKSON era exitoso, talentoso, negro y amado por los niños.

La vanguardia mexicana

CAFE TACUBA, MOLOTOV, CONTROL MACHETE, PLASTILINA MOSH, y ahora se perfila KINKY: el rock mexicano viene marcando el pulso de la escena en Latinoamérica, tal vez ocupando el mismo lugar que perteneció a nuestro país en la década de los ’80, principalmente con el fanatismo provocado por SODA STEREO. En la Argentina hoy reina casi en soledad el llamado -con cierto desdén- rock barrial o chabón, producto nacional sin demasiada aceptación en el exterior, pese al hype del retro-rock de THE STROKES-THE WHITE STRIPES. Tal vez la diferencia entre el rock chabón y el retro-rock sea la predisposición que tiene cada estilo a experimentar y a actualizar la tradición. En México aparentemente la audacia y el riesgo artístico tienen más adherentes.

Do you wanna dance?

Para los que nunca vieron en vivo o escucharon un disco de KINKY puedan hacerse una idea de cómo suenan, se los podría definir como una mezcla de JUANES y el U2 de ”Achtung Baby”, o la suma del viejo SANTANA -el que mezclaba psicodelia con música latina, no el que hace dúos con la figurita de moda- y PRIMAL SCREAM. Electrónica con melodía, guitarras con DJ, letras mínimas, simples y con gancho, casi como slogans, viajes sónicos con swing, baile y estimulación sensorial. Folkore norteño (de México) con trompeta y acordeón; muros de sonido y tecnología de punta.

La intensidad siempre in crescendo de Más, la diversión aeróbica de Ejercicio #16 (cantada íntegramente por un disco que guarda la voz de un preparador físico con directivas para fortalecer el cuerpo), Soun Tha Mi Primer Amor con su trompeta, Mirando de lado… algunas de las razones para abandonarse a la danza irresistible de KINKY.

Al parecer, el rock de a poco se está reconciliando con la pista de baile. La pelvis vive y reclama menos sermones y más agitación, más hedonismo y menos solemnidad. KINKY entiende que la forma es más importante que el contenido (la música no tiene mensaje aseguran los BABASONICOS en Fan de Scorpions del fallido “InFame”) y abandona un poco al cerebro y al corazón para satisfacer los pedidos de la pelvis con voces ultradeformadas, batucada, chiflidos, scratches y un arsenal de recursos para movilizar el esqueleto. No parece haber otra intención de parte de KINKY, y está bien que así sea.

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