RESEÑAS
LÖRIHEN grabó en vivo

Al doblar en la calle Estados Unidos no se oía nada que tenga que ver con punteos fugaces y bombos endemoniados. Cumbia al mango y prédicas de un pastor salían de la iglesia evangelista ubicada al 1200 de la calle, ahora nombrada extraoficialmente, Pueblo de Irak.
A la una menos veinticinco de la primera jornada veraniega del año, HELKER, telonera junto a EFIGIE y GERION, terminaba de desplegar su arte deleitando a los presentes con algunos covers del palo. Mientras tanto, algunos consultaban el merchandising o bien se detenían a observar la vitrina del lugar, en la que, como trofeos, se exhibían los discos de muchas de las bandas que pasaron por el recinto, como LA NEGRA, LAS TROLAS y LOS POBRES, entre otros.
Para describir el ambiente puede resultar útil mencionar un salón con mucha gente pero con poca densidad de personas, jóvenes con remeras de bandas proliferas como STRATOVARIOUS y RHAPSODY, muchachas provocativas con medias en red y sed de metal, y cantos de cancha que trascienden los fronteras musicales y en esta oportunidad sirvieron para vanagloriar a quienes telonearon a la mítica HAMERFALL, por citar a un gran grupo metalero.
Cuando ya la espera se hacía insoportable y no era posible mantener una actitud obsecuente, JAVIER BARROZO (voz), EMILIANO OBREGON (guitarra), JULIAN BARRETT (guitarra), HERNAN RIOS (batería) y NICOLAS CIANCIO (bajo) clavaron sus humanidades sobre el escenario para iniciar el recital con “Séptima Visión”, seguida por “Paradigma”, nombre que también lleva el ultimo trabajo discográfico de la banda.
Con una pantalla que proyectaba las imágenes del show, escoltada por dos cruces que caracterizan a la banda, los cinco músicos tuvieron una excelente performance y brindaron mucho de lo bueno. Con canciones donde cada instrumento ocupa su lugar indicado, BARROZO logra llevar el sonido a niveles altísimos al ritmo de una batería que parece una locomotora y, equipada con diez platos de diversos tamaños, le da la fuerza justa a los temas.
Los violeros OBREGON y BARRETT tuvieron sus momentos de mayor esplendor cuando realizaron sus solos, luego de “Realidad Virtual” y “Golpe Subterráneo” –el tema que más agitó a un pogo sutil, pero no por eso poco intenso-, respectivamente. El primero demostró sus habilidades y dejó sin aliento al público tras un verdadero baile de sus dedos sobre el puente de la guitarra, mientras que el segundo sorprendió con un solo de funk en el que utilizó mayoritariamente la técnica slap.
Ante un clima realmente eufórico, LÖRIHEN bajó el nivel de adrenalina con una excelente balada titulada “Ausencia” y luego le dio un toque de color al recital cuando, en el tema “Cara o Seca”, incluyeron a dos saxofonistas entre sus filas.
Luego de tocar “El Último Eclipse”, estos admiradores de Tolkien hicieron un falso final del show que, tras la constante insistencia de los presentes, reanudaron sin vacilar para hacer seis temas más.
Todo se fue consumiendo y, luego de “Traidor”, se había acabado el recital que estos verdaderos metaleros habían estado preparando desde hacía dos meses.
La gente se fue satisfecha, aunque quizá alguien quedó con un pequeño deseo de escuchar algún cover. Lo cierto es que su música, a diferencia de los personajes de El señor de los Anillos, existe y realmente suena bien. Como tiene que sonar.
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