RESEÑAS
Un ritual manchado de emoción

Sabrosa espera renga
Con mucha polenta y “Motoralma y sangre” -cover de LA RENGA para acentuar el estilo- LA MORRIS logra prender la primera bengala de la noche, como respuesta de un público respetuoso y conquistado.
Atraída por los cantitos llega ULTIMO PRESAGIO, entre un par de bengalas que dejaban “El cielo del desengaño” -también de LA RENGA- detrás de la neblina.
EL MENDIGO arrasa con explosiones más metaleras, que entre temas propios y “El final es en donde partí” -para terminar de despabilar corazones rengos- agrandan el pogo, que iba levantando temperatura.
Un ritual manchado de emoción
“Así, con ritmo de tambores y de aplausos y haciendo música entre nosotros, todos convocamos espíritus que nos ayudan en este momento que es mágico”. De esta manera climatizaba la bienvenida MANU -alias “EL NEGRO”- (voz y guitarra)en “Vagabundear”, seguido por “La planta” y “Juego de locos”, mimetizando los coritos de la gente con los de la guitarra.
Sube PABLO de LOS TIPITOS en “Lodi”, de CREEDENCE, para luego conectarla con “Mago de la lluvia”, donde EL NEGRO se unía a su público en puntas de pie, quedando entre el mar de gente y el escenario.
“En la calle”, “Siempre Esperando” y “Entre ríos” no dejan ningún pie pegado al piso, tanto abajo como arriba del el escenario. La fuerza se expande como una verdadera “mancha”, desde la viola hasta la bata; como contraste, el sonido cada vez más limpio.
Suena “Vendedores de fama” a todo latido, mientras una percusión invitaba a la gente a murguear, para desembocar en “Viviendo allá”. Se apagan las luces y por los parlantes se escuchan las noticias de una radio AM, desconcertando a la gente que no tardó en dejarla en segundo plano con cantitos de aguante.
“Pueblo latino” hace saltar a todo Cemento, que ya se completaba con algunos refugiados en las escaleras. La silueta de MANU acerca a los jinetes a las vallas para hacer “Mi semilla”, cover de LA VELA PUERCA, que en cada recital se contagia un poco más de LA MANCHA .
“Seguimos sufriendo y remando por el altiplano argentino, con el sol que raja la tierra y noches heladas bajo cero” dice EL NEGRO, dejando volar sus cabellos por entre la única brisa de viento, generada por las banderas al flamear en “El cóndor y el águila”.
Tras una bengala de humo rojo, la gente desaparecía en la chacarera de “Animal humano”, mientras MANU abría los brazos como aquella águila del norte.
“Solo ustedes y nosotros”
El cantar de la gente queda en primer plano en “Donde vamos”, en la cual, escurriéndose en la emoción, EL NEGRO se detiene para decir “Los hombres también lloran”. Agradecen trapo por trapo, sube JUAN CARLOS de GAUCHOS RABIOSOS y ante cuatro bengalas y cuatro guitarras sobre el escenario, suena “Ritmo y blues con armónica” de VOX DEI.
Detrás de las banderas con la cara de “EL CHE” se perdían los solos de FRANCHIE en “El hambriento”. MANU se para en el retorno y dice: “No tenemos más canciones…¿o si? Se acabaron todos los discos…únicamente empezar de vuelta”, dando inicio a “A vivir”, dejando las gargantas no solo sedientas de litros y litros de agua, sino también, de un nuevo recital de buen rock.
Un final de abrazos y aplausos, no solo por parte del público sino también de los músicos hacia su gente. Para terminar de explicar esta relación, nos detenemos en una escena que sintetiza todo: EL NEGRO de rodillas, haciéndole reverencias a su público, buscando las últimas sonrisas de satisfacción de una fiesta que ya pretende resucitar.
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