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Gran Lady (Godiva)

Es probable que la mayoría de ustedes haya leído una pintada de esta historia.
Ella fue la esposa de un conde al que rogó, una vez, disminuir los impuestos que abrumaban a su pueblo. Su marido accedió, pero con la condición de que Lady Godiva atravesase desnuda las calles de la ciudad, lo que hizo cubriéndose únicamente con su larga cabellera.
¿Ya les empieza a sonar? Según cuentan, los habitantes, en un acto de solidaridad, se encerraron en sus casas y evitaron mirarla…
Ese es el espíritu social que transmite el reggae-funk-ska de esta banda que tanto leímos en las paredes del barrio: valentía de hacer, frente ojos solidarios… pero cerrados.
Con una década de trayectoria independiente y un público propio acumulado, la agrupación, integrada por FRASSO en voz y guitarra, ZAPPO en bajo, (el magistral) OLGUIN en guitarra, KELO en batería, CALA en percusión y TOMPA en trompeta, presentó, el miércoles pasado, su segundo trabajo, “Circo de los kemados”.
”Donde la realidad es una intrusa”, dijo el presentador: los músicos, vestidos de niñez, a fuerza de pantalones cortos y un par de remeras marineras, arrancaban con “Vistiendo sangre”, “El alma del monkey” y el regska playero “Nada más”.
Letras sencillas y críticas, del tipo La noche que fusilen a los poetas y cantores … quizá a mi me salven estos versos que digo, rezaban en compañía de ritmos con aire jamaiquino e, incluso, ciertos toques de punk (“Día de perros” y la remera de THE CLASH de FRASSO lo acreditan).
La viola de OLGUIN se lució de solos toda la velada, excepto cuando cayó un invitado, que, cumpleañero, se dio el lujo de interrumpir dos veces. Dijeron por ahí que era Vin Diesel, de “Rápido y furioso”: pero no, era MARIANO, de LA FAVORITA…
Mientras tanto, la noche se desarrollaba con comentarios de cancha por parte del público, agradecimientos múltiples de la banda, una bailarina payasa vestida de muerte que desfiló por el escenario y canciones tales como “Vas a quemarme”.
Ya se cerraba el circo…
Así, entre el invitado, la compañía especial de un teclado, los temas nuevos de este disco –ya con un preferido entre la gente (“El ave”)-, la noche de LADY GODIVA se pasó entre cervezas, amigos, admiradores y la brisa marina de un reggae con memoria política. Una mezcla que, para los amantes, no repite ni cae pesada.
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