RESEÑAS
Quilmes Rock: Día 4

El escenario del Sí quedó inaugurado con el show de EXPULSADOS, nuevamente atacados por un fuerte brote de ramonesmanía, transmitido a gran parte de los espectadores con temas como Cero en conducta y No me llames más. El viernes 24 volverán a tocar en uno de los espacios alternativos del festival.
Ni bien se ingresaba a la carpa del Roxy, a las cinco de la tarde, uno tenía el sabor de encontrarse con QUE. Esta banda, que busca no encasillarse dentro de ningún género, desplegó su energía en su set de reglamentarios veinte minutos, donde presentaron temas de su segundo disco “Respirar”.
“Muchas gracias por los aplausos. Estamos muy contentos y hasta las bolas”. TELEPOD lanzó estas palabras ante un público que los escuchó atentamente. Este grupo contó con problemas técnicos y por lo tanto su set sólo se basó en tres temas: “Ver más allá”, “Crecer” y “Gunyiba” .
Al mismo tiempo, en el escenario del Sí, BAOBAB mostraba lo suyo. FLOR, la hermosa cantante, estaba vestida de blanco radiante, con un cinturón plateado que le daba un look de heroína angelical. No hubo lugar para las estridencias, fueron veinte minutos de pop melancólico con una dosis experimental en el trabajo de la guitarra de NESS (ex AVANT PRESS).
Para cortar el clima apacible que dejó la música de BAOBAB, nada mejor que un rock de guitarras poderosas, con bases sintetizadas y mucha oscuridad. ¿LOS SIETE DELFINES? No, VOLADOR G, una de las sorpresas de la tarde.
Fracaso, con el tono grave y misterioso de FERNANDO PECORA, y Ultramar, disponible en single, fueron dos de los puntos más altos de una muy auspiciosa presentación, que finalizó con el lanzamiento de decenas de platos voladores con el nombre de la banda impreso.
Con JULIO BRESHNEV al frente, VETAMADRE salió a escena a las seis de la tarde, dispuestos a brindar un show tan compacto como potente. Además de tocar el tema que le dio nombre a su primer disco, “Ruido del Mundo”, interpretaron canciones de su segunda producción “Libérenme”, tales como “Letargo” y “Un millón de soles”. Mucha gente sentada y algunos agolpados contra la valla los siguieron y les regalaron cálidos y merecidos aplausos.
Los más populares de los espacios alternativos
CUENTOS BORGEANOS fue la banda que más color le dio al escenario de The Roxy. El grupo se despachó con cinco temas, cuatro de los cuales formarán parte de su nuevo material. Si bien se nota una cierta distancia del punk, conservan la energía característica del género, agregándole unos matices melódicos más poperos, por llamarlos de algún modo.
El momento más eufórico fue cuando presentaron “El extraño caso de Mr. Nadie y Dr. Soy”, tema nuevo en el que se vio a un ABRIL sacadísimo, rozando los límites de lo exagerado, que además de estrechar sus manos con algunos del público, se tiró al suelo, apoyó sus pies en los soportes del vallado de seguridad y saltó desaforadamente en reiteradas oportunidades. La gente respondió y CUENTOS BORGEANOS se convirtió así, en la única banda que provocó saltos, bailes y avalanchas en este escenario.
EMMANUEL HORVILLEUR, en su segunda presentación en lo que va del Quilmes Rock, abrió con Soy tu nena, hit de Música y delirio, su disco debut como solista, a la que le siguió una nü-soulera versión de Abismo, perteneciente a Chaco, el álbum que hizo famosos a los ILLIA KURYAKI AND THE VALDERRAMAS. Después se desató la fiesta disco-funk con Sicodélica cumbia y Hermano plateado, con el bajo haciendo slapping sin parar y la melena afro del guitarrista agitándose al viento.
Mi Chevy y mis franciscanas, una de las canciones más salvajes de Horno para calentar los mares, fue interrumpida por un fragmento de Puedes sentir amor, que se enganchó con Música y delirio, una invitación al baile alocado. Tras amagar con tocar Back in black de AC/DC, EMMANUEL ejecutó unos bonitos pasos de break-dance e imitó el acento mexicano para cerrar con el glam sexy, lleno de testosterona y rouge, de Soy tu nena.Así quedó clausurado el espacio del suplemento Sí y comenzó la espera por los grupos del escenario principal.
Viernes a la noche
JUANA LA LOCA fue la banda encargada de abrir el escenario principal, y el comienzo fue muy acertado. Acertado, porque arrancaron apoyándose en tres hits de estribillos pegadizos. Primero sonó “Perdí la fe”, después una versión más psicodélica y electrónica de “Vida modelo” y tras ésta se vino “Sábado a la noche”. De este modo, la banda que lidera RODRIGO MARTIN provocó los bailes y saltos de todos.
Tras el tercer tema, se escucharon las primeras palabras del líder a su público: “Bueno loco, muchas gracias, salud”. Y ahí llegó la primer bengala de la noche, moviéndose al compás de “Si pudieras olvidar”, otro clásico para el público que sigue a esta agrupación.
Para finalizar, JUANA LA LOCA eligió una canción de su último trabajo “Belleza”. El noveno tema fue “La vida circular” y estuvo acompañado por los asistentes que presentían el final y por eso decidieron vivirlo a pleno, concentrados frente al escenario. Antes de despedirse, RODRIGO dedicó unas palabras a su gente: “Realmente nosotros deberíamos pagar para verlos gozar”. Consultado por EL ACOPLE, el líder reveló la cifra que JUANA LA LOCA ofrecería “Pagaríamos con todo un show, como hicimos hoy”.
Calma en el escenario principal
Veinte minutos habían pasado de las ocho de la noche cuando LA PORTUARIA se hizo cargo del escenario principal. Enfundado en un pantalón rojo con finas líneas verticales de color negro, DIEGO FRENKEL saludó con un simple “Buenas noches” y sin más palabras inició su set con “Mira las nubes”.
Los hits que esta banda supo cosechar no se hicieron esperar, ya que lo segundo que se escuchó de ellos fue “Ruta” y una versión casi acústica de “Nada es igual”, de sus placas “Huija” y “Devorador de corazones”, respectivamente.
Sin embargo, la gente estaba parada en sus lugares, brindando cálidos aplausos y sin emocionarse innecesariamente. Para continuar, el líder invitó a la cantante del grupo chileno JAVIERA Y LOS IMPOSIBLES, JAVIERA PARRA, con el fin de interpretar un tema nuevo, “Diez mil kilómetros”. Se le enseñó un poco del estribillo a la gente para que acompañe- “Ya caminamos diez mil kilómetros de amor, y seguiremos hasta que un río llegue al mar”- y el público de modo aislado se copó e hizo coros.
Otro de los temas nuevos presentados en sociedad fueron “Geisha” -junto a DIEGO VAINER- y “Huracán”, canción con la que se despidieron. Desde ya, también incluyeron “Selva”, el máximo hit del grupo y en ese instante el termómetro del público registró la temperatura más alta.
Noche de estrellas
Mientras la noticia de la suspensión del recital de METALLICA en River circulaba con velocidad, se apagaron las luces y aparecieron los mexicanos de CAFE TACUBA, que fueron recibidos como lo que son: auténticas estrellas de rock internacionales.
RUBEN ALBARRAN (alias N.R.U., RITA CANTALAGUA, GALLO GASSS, ANONIMO, PINCHE JUAN, COSME… hasta el momento de escribir esta nota se hacía llamar ELFEGO BUENDIA), pese a su figura diminuta, era el que se llevaba todas las miradas, con su traje celeste, su camisa rosa y su extraño carisma. La excusa era la promoción de Cuatro caminos, su última placa, un regreso a la canción tras el experimental disco doble Revés/Yosoy
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