RESEÑAS

Y el milagro llegó

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Puntualmente a las diez de la noche, la banda comenzó su show con un potente combo que incluyó nuevos y viejos temas. Así sonaron “Desaparecido”, “Sin hilo”, “Día feliz”, “Si sentís” y “Orugas”, donde ALEJANDRO SOKOL agradeció a la gente por las banderas.

Una escenografia que representaba la tapa del disco, con la pantalla, que mostraba alternativamente imágenes del show y animaciones, ubicada en la ventana, fue el marco de un gran show.

GERMAN DAFUNCHIO tomó luego el micrófono para “Tomas X”, otro de “Esperando”. “Volvieron los caños” se escuchó en alusión a la sección de vientos que acompañó al grupo en varios temas como “Hola que tal”.

Siguieron “Veo yover”, “La cortina”, con invitado en la guitarra acústica, “Abejas”, con CLAUDIA CANGA acompañando en las voces, y “Mareada”.

“Será”, de nuevo con la cantante de TU HORMONA y con SOKOL en guitarra, precedió a “Bombachitas rosas” y “Tormenta en Júpiter”.

Arde Obras

Hubo un cambio de instrumentos en el escenario para realizar un pequeño set acústico, que incluyó a “Sombras”, “Río gris” y el viejo-nuevo hit, popularizado por el programa “Ardetroya”, “Cuando podrás amar”. De vuelta a lo eléctrico, la banda se despachó con unos reggaes, “Saltando”, “Músculos”, “Hawaii” y “Si supieras”.

Siguieron los temas nuevos con “La creciente”, con advertencia para un pibe que estaba subido a una de las columnas “no te tires”, y “Rey de los divinos”. Se iba acercando el final del show con “Muchos mitos”, “Nunca me des la espalda”, con el hijo del cantante en la guitarra, y “Esperando el milagro”.

“Este tema lo resumo así…me encanta”, dice SOKOL antes de “Puede ser”, y ese ritmo que bien podría escucharse en un Pacha o Big One, con el que se despiden, para volver minutos después el cantante solo con una guitarra y hacer “Cazador”.

Salió la banda y una mujer maravilla que se dedicó a barrer el escenario en “Capitán América”. Luego vino “Shine” y la despedida con una sorpresiva versión, que no figuraba en la lista, de “No tan distintos” de SUMO. “Como siempre, una fiesta” dijeron antes de irse, luego de casi dos horas y media de show.

Un gran disco merecía una gran presentación y LAS PELOTAS no defraudaron. No hay nada más que esperar, el milagro ya llegó.

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