
RESEÑAS
Jamaica tiene sucursal en Buenos Aires
Los aires tangueros y malevos de San Telmo se esfumaron con sus sombras latentes por una noche, y cedieron su calle Balcarce a otra música, otro sentir muy distinto y lejano al del dos por cuatro. Un rey, el autóctono GARDEL prestó sus tierras para homenajear a otro Rey, rastafari, abanderado de la paz mundial, ese que transgredió la barrera del tiempo y el espacio con su música reggae. Ese jamaiquino que logró que el 11 de mayo de 1981 nunca existiera.
“BOB MARLEY: la leyenda aún vive”, podía leerse en las entradas que el acomodador arrancaba de las manos a esos jóvenes que llegaban a la puerta de La Trastienda, luciendo sus dreadlocks (rastas) o vistiendo coloridas boinas en verde, rojo y amarillo. Adentro, la espera se matizaba “armando” pequeñas rondas y otras cosas también, confraternizando las ansias y anhelos por disfrutar de una noche a puro reggae local.
RESISTENCIA SUBURBANA, importada directamente desde San Martín, abrió el show pasada la medianoche con la canción “F.M.I”, con una letra de fuerte contenido social y realismo, como es habitual en esta banda, que posee tres discos oficiales en su haber: Cuentas pendientes, Palabras Poderosas y Resistencia + Iva.
Violencia (sin conciencia), hit de su última producción discográfica que roza el ska y el rocksteady, generó el primer brote de energía de la noche. Las banderas de sus seguidores incondicionales con la inscripción “Yo camino junto a vos” (letra de No te calles) empezaron a agitarse a viva voz, acaparando la atención del cantante que les devolvió el cumplido para la fiesta del aguante.
Mientras se arreglaban unos problemas de sonido, la voz líder de la banda, LUIS ALFA aprovechó estos segundos para dar una pequeña lección sobre cómo abrir una botella de vino sin sacacorchos.
Durante el recital se encargó de demostrar que, ante todo, es un “showman”, por su dominio poderoso del escenario.
Cuidado a quien votas, llegó justo a tiempo con un llamado a que “abramos la mente y usemos la razón”. El relato testimonial gritó presente con Explotación obrera, reflejo de las duras vivencias de cada fin de mes. En este rocksteady, la primera guitarra FABIAN LEROUX se lució con sus penetrantes punteos, destruyendo cabezas.
Si Resistencia aboga por la lucha y la protesta no podía faltar en su repertorio una canción homenaje al CHE GUEVARA. No es una “Murguita del Sur” claro, pero tiene un estilo raggamuffin y combativo que sirve como puente de unión entre dos culturas (el reggae y el guevarismo) que coinciden en la lucha: de unos contra la dominación negra y de otros contra el régimen capitalista.
En el reggae roots Sensemina (sin semilla) sacan a luz su decidido apoyo a la legalización de la marihuana, tema que interpretaron hace poco dentro de la marcha por la despenalización del cannabis para uso personal. “Cántate una de Bob” gritó un rasta por ahí. Sin desoír al público siguieron con una versión muy buena del clásico “Roots, rock, reggae”.
La ironía y la fiesta de celebrar con humor la realidad se fusionaron en la delirante y original Estamos cada vez más yanquis, con un estribillo pegadizo al mejor estilo pop. La energía que despertó esta canción se mantuvo en la despedida con una versión explosiva en castellano de Iron lion Zion (León de hierro) de MARLEY, porque si algo sintetiza el reggae combativo, potente y con algo de dancehall de Resistencia es esta letra: Seré de hierro como un león en el monte Zion.
Dread al control
Después del reggae combativo y contestatario de RESISTENCIA SUBURBANA, hacía falta calmar un poco los ánimos y volver a las raíces del reggae jamaiquino. Y nada mejor que NONPALIDECE para conseguirlo. Con So much trouble in the world, el cover de MARLEY, arrancó la presentación de esta banda de reggae de San Fernando. El cantante confesó: “Que difícil es subir después de Resistencia, hay que bancarselo”, y simplemente, la dificultad nunca se notó.
Hace ocho años que esta banda se formó, recorriendo el circuito under porteño, y de esta parte para acá haciendo Cementos con grandes bandas y hasta dos giras por Costa Rica, pero la gran maduración la alcanzaron estos últimos dos años después que su primera producción independiente Dread al control, salga a luz.
Con ellos, La Trastienda se llenó de vibraciones positivas, y fue envolviéndose en un clima de éxtasis total, creado por la espiritualidad de sus melodías y unas letras que remontan al pasado de la religión rastafari, sin dejar de lado una visión actual realista.
Hicieron varios temas nuevos como Espejo, Revolución, Tu sueño, Nuevo día y Abre tus ojos. La gente bailó y sintió el espíritu de Bob apoderándose de su cuerpo y alma, en cada una de las canciones más conocidas de la banda, como las espectaculares Resplandor, Pexz y Cierran.
Descontrolaron “a la manera reggae”, guiados también por su cantante, NESTOR RAMLKAJ, quien no solo tiene una voz envidiable, sino que invita con su contagiosa energía a compenetrarse con el espíritu de la isla. Los covers que hicieron de MARLEY, Lively up yourself, Ghetto y Jamming: espectaculares.
Dread al control es una canción que transporta a todos por un rato a la Jamaica de los sesenta: a la manera de sentir el reggae, la espiritualidad de la religión rastafari seguidora de Jah (su dios), buscadora de la paz en la meditación, y en otras “armas mágicas” que ofrecen el poder de volar. Y el medio de transporte ideal es una atmósfera especialmente construida, con la presencia fuerte de los vientos.
La genialidad del tecladista merece un capítulo aparte. MARTÍN FITO MORTOLA es el soporte fundamental en el que se asienta la calidad del sonido de esta banda, con arreglos y sintetizadores de una originalidad y sinfonía majestuosas.
Se despidieron con Fin de Siglo, legando la creencia de que “algo está por cambiar” con un alegre y esperanzado estribillo que terminó con los últimos saltitos del “pogo reggae” mientras todos coreaban: “y pretendo estar despierto para ficar o salir corriendo”.
[nggallery id=37]
1 Comentario
Tenés que estar logueado para escribir un comentario Iniciar sesión