Persiguiendo a EPPURSE MUOVE

Introducción

En el espacio recuperado de los hermanos Trivenchi se olían problemas. Cancelar un recital de Eppurse a último momento no es algo aconsejable, pero no quedó otra opción. Habían empapelado la ciudad anunciando la fecha, y parece que a la policía no le hizo mucha gracia. Una fiscal tuvo la amabilidad de avisarles que si el recital se hacía iban a ser desalojados, y los EPPURSE tuvieron que conseguir otro lugar a último momento, no sin antes putear un poco.

Así que el sábado, a eso de la una de la mañana nos subíamos a un micro escolar que nos llevó desde Trivenchi al lugar que recuperó la asamblea de La Paternal, en calle Warnes y Cucha Cucha. Después de un largo rato de hacernos escuchar música bonita en el patio del lugar, al fin subieron. Serían cerca de las tres, y unas cien personas los escuchaban sin euforia, beatíficamente.

Nudo

Sólo cinco temas de los diecisiete que tocaron eran de “Villa Febris”: “Canción para Tucumán”, “Cutral-Có” (muy buen tema de principio a fin), “Sueños por silencios” “Como los pájaros” y “La vena del tiempo”—que, dedicada a todos los amigos de tantos años, fue uno de los picos emotivos del recital. El resto de los temas que tocaron van a ser parte del tercer disco. Algunos fueron: “Al sol”, una enérgica chacarera, y “Calor roto”, más ecléctico. En este tema empezó a sonar la base de candombe que estuvo presente gran parte de la noche.

“Ser abismo” es un tema que vuelve a los tiempos más rockeros de la banda. Pero hoy por hoy, cuando tocan folklore lo hacen con una fuerza contagiosa; mientras que su rock transmite cierta cariñosa nostalgia, aunque siempre está presente. Hay que destacar la fabulosa percusión y la brillante calidad musical de todos los músicos, como siempre.

Desenlace

Cuando todo terminó, ya estaba por amanecer después de una noche serena, de buena música bajo el cielo. Y nos fuimos despacio (pero llenos de energía) a ver qué colectivo nos acercaba a casa, sintiéndonos tal vez hippies a destiempo.