RESEÑAS
El rey, el príncipe y la corte

El precalentamiento…
Para comenzar con la tercera fecha se presentaron ILH (los ganadores del certamen Proyecto Under), DECENADORES, y la interesante propuesta de SUR OCULTO (sin guitarra ni voz).
Participaron también la agrupación MOUSSE, con marcada influencia de SUMO y los uruguayos ABUELA COCA, que trajeron el candombe además de una mixtura entre ska y reggae y obtuvieron muy buena respuesta por parte de la gente.
Como Pez en el agua…
La banda liderada por Andrés Minimal introdujo a un público tranquilo y expectante en una interesante marea de sonidos y distorsiones.
“Rompo tu piel de asno” flotaba en el aire a la manera de una tormenta eléctrica arrasadora.
“Talismán”, “Gala”, “El desengaño” y “La gota” integraron el estimulante set.
Para finalizar “Desde el viento en la montaña hasta la espuma del mar” fue la mejor alegoría de lo cosmopolita del festival…
Aires caribeños en las sierras…
Desde Puerto Rico, y caminando a lo Betty Boop, Mimi y sus muchachos comenzaron su show con algunos problemitas de sonido. El hit “Yo no lloro más” inició la cadena de sutilezas. La gente respondió a puro baile, estimulados por la empalagoza voz de Minderley y la pared de ritmos y melodías ejecutadas a la perfección por el resto de la banda.
Sergio Rotman cumplía su papel de arengador constante, mientras sonaban, entre otros, “Misterio”, “Soñando despierto” y “El apartamento”, último tema del show, en el que MIMI MAURA demuestran su incuestionable versatilidad para ejecutar géneros tan diferentes como el reggae y el bolero.
Una bocanada de aire caribeño dinamizó el ambiente para la performance de otro intregrante de la familia Cadillac.
Vicentico y sus condenaditos…
El telón no se abre y los cantitos fabulosos, con la melodía de “Yo no me sentaría en tu mesa” reverberan. Se acerca la hora de Vicentico.
“Se despierta la cuidad” es el primer tema y Capello juega con el pie del micrófono. Se dejaron oir después “Milagro de amor”, “Vamos” y “Chalinet”, entre otros.
La gente cantaba contenta; sin embargo, el reclamo cadillac permanecía. Vicentico complació con “Los condenaditos“ y “Basta de llamarme así” , en una versión folk a lo Bob Dylan. Finalizó con “Carnaval toda la vida”.
La magia Cadillac le dio un tono especial al recital. No obstante, con una banda que no da lugar a reclamos, la calidad solista de Vicentico no puedo pudo ponerse en duda.
Clínica de seducción…
Se acerca BABASÓNICOS y suenan chiflidos de rechazo. Sin embargo “Fizz” –último corte de Jéssico- comienza y el público se engancha. La banda logró hacer un switch y convencer a la gente con buena música.
BABASÓNICOS, engalanados con sus habituales prendas demodé, interpretaron luego “Los desfachatados”, “Deléctrico”, “Patinador sagrado”, “Soy rock” y “Pendejo”, entre otros.
Vale destacar también la reacción de aprobación que se vio en el canto masivo cuando sonaba “El loco” , y las ovaciones que recibió la banda a la hora de interpretar “Rubí”.
La voz de Adrián Dárgelos despedía a BABASÓNICOS con “Atomicum”. El público había sido seducido y los aplausos de despedida fueron la mejor demostración.
Fito ofreció su corazón…
El telón se abre y PAEZ saluda desde el piano: “Ey, qué te pasa Cosquín?”. “Sacate el diablo” arranca con el público simple y llanamente feliz. Acompañado por una banda de lujo –y Claudia Puyót como invitada- el rosarino continuó con una seguidilla de temas de todas sus épocas: Las versiones soul de “Al costado del camino” y “El chico de la tapa” , el arrabalero “Giros”, “Cuestión de actitud”, “11 y 6”, “El tema de Piluso” y, dedicada al maestro Charly (sic), “Tumbas de la gloria”.
La emoción ya era contagiosa cuando PAEZ se levanta del piano, caza la guitarra y canta, cerca de la gente, “Es hora de volver a mí”.
No tardaron en aparecer “El amor después del amor” y una versión disco-funk de “Circo beat”, que se prolongó a la versión rapera (acompañada por un seco punteo de guitarra) de “Tercer mundo”, enganchada con “Funkytown”, Nada más preciado, “Los viejos vinagres” y, finalmente de vuelta al “circo beat”.
Los locos corazones acompañaron a Fito hasta el final. El público escoltó a los músicos en ”Brillante sobre el mic” y estalló en ira con “Ciudad de pobres corazones”.
“Salud y amor. El dinero va y viene” deseó, mientras que se despedía con “Mariposa Teknicolor”.
Fito mostró el pecho, y como reflejo, la gente también revoleó sus remeras. El rosarino lo dio todo y el público abrió.
Mientras, Charly se preparaba…
Pasajeros en trance…
Los espectadores miran al escenario, la banda sentada con toda tranquilidad y el señor García Moreno sobre una silla de ruedas. Sobre un trono, en verdad, porque fue el Rey de la noche.
Charly no se levantó de su lugar hasta la novena canción, “Cerca de la revolución” , acompañado, ni más ni menos, que por Fito Páez en teclados.
Ya habían sido ejecutadas, en un ambiente limbótico creado por el láser Say no more, “Rezo por vos”, “Demoliendo hoteles”, “Promesas sobre el bidet”, “Adela en el carrousell” –con un bajo tremendamente aniquilante- y “Nos siguen pegando abajo” , en el que Epumer desplegó su talento frenéticamente.
Luego de esta seguidilla de clásicos, se acercó al escenario su heredero “de verdad”, Miguel, para pedir “un teclado para mi padre, por favor” y de ese modo poder tocar, juntos, uno de los 4 temas nuevos de la noche, por ahora sin título.
Para finalizar el primer bloque de tres, el “Fanky” se hizo presente con una pequeña variación lírica: “no voy a cambiar (…)/ déjalo que suba…”
Y se vino la segunda.
Después de un descanso con aviso, estalló “No toquen”. Ya desde su sillón rojo – la banda siguió sentada) y más regularmente de pie, Charly interpretó “Los dinosaurios”, el tema de Serú Girán “Perro andalúz” y, para cerrar el trámite de sus ex agrupaciones,
“El día que apagaron la luz”, del viejo renovado Sui Géneris.
El maestro y su nueva banda “El aguante”, se “despidió” con un tema a lo Keith Richards (sic): “I’m not in love”, y –lo que para muchos es Mr. Say no more- “Vicio”.
A la hora del primer bloque de bises, aparecieron “Influencia” y “No voy en tren”. “Soy el que el enciende y el que apaga la luz” terminaba de cantar cuando todo se oscurece de pronto. La gente lo aclama fervorosa y el bicolor vuelve a escena con una versión de violas sucias para “Yendo de la cama al living”, otros dos temas nuevos (según él mismo, música para volar) y el infaltable, para cerrar, “El aguante”.
En definitiva, Charly logró hacer volar a su público casi sin levantarse de su asiento. Un show impecable, que dejó a los adictos a su música con la imperancia de una nueva sobredosis…
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