Un clásico: la Pequeña Orquesta Reincidentes en el Club del Vino.

Vestidos impecablemente, arrancaron cantando sobre una miguita de pan, tema adecuado si los hay tratándose de un recital en el Club del Vino. Con “La visita” el clima se puso denso, tan oscuro que llegó a ser amenazante y “Noche de espinas” sonó realmente descorazonador (atención “poetas” del rock: un amante abandonado no tiene por qué decir grasadas si tiene la posibilidad de cantar “Me vestí de venas y arropé tu risa / y jugué a encontrarme en tu latir de ahogada. / Esta vez no hay culpa que apague mi llanto / ahora mi piel deberá acostumbrarse al invierno” , como escribió acertadamente el ángel gris G. Pesoa, acordeonista y pianista del grupo). “Tesoro” demostró que sin gritar ni acelerar innecesariamente se puede ser intenso, aún cuando el riff de guitarra se toque con arco, como si de un violín se tratara.

Sin embargo, no todo fue depresión y oscuridad, sobre todo cuando la música de la Pequeña Orquesta se “balcanizó” en forma de “Banda Ancha” –banjo, acordeón, trompeta, contrabajo, batería y pandereta-, alineación con la que se presentaron en las calles durante su gira europea, donde tocaron con Divididos, Karamelo Santo y Liliana Herrero. La irresistible “Gallo” es un claro ejemplo de que Reincidentes también puede contagiar alegría.

La adrenalina de la música de Europa Oriental y los ambientes de cabaret y vodevil le cedieron su lugar nuevamente a lo tanguero y lo gótico, siendo el punto más alto –en este caso sería el más bajo- “Crack” ( “Crack. Tu tiempo hace crack / los besos del asfalto / te están pintando la cara” ) un verdadero himno de la derrota, con una rueda de bicicleta raspando unas chapas como final. Otro tema enfermizo fue “El egoísta” , con su particular sentido del romance.

La P.O.R. cerró la actuación con “Mi suerte” , festejado como un hit y con “Bonito”, una canción con una onda muy Nick Cave and the Bad Seeds.

Para terminar, dos datos de interés para los que nunca los vieron en vivo: son tan buenos músicos que hasta hacen que un solo de serrucho sea encantador, y vuelven a tocar el sábado 8 a la misma hora y en el mismo lugar.