RESEÑAS

1, 2, 3 Charlie

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Apenas pasadas las ocho de la noche -hora en la que estaba anunciado el recital- toma el escenario NO WAY BACK, trío punk pop adolescente con melodías que dibujan un sol californiano sobre los pocos cuerpos que conforman al público (todavía cuesta acostumbrarse a que la aclaración de puntualidad en los espectáculos sea más que una mera formalidad).

Un rato después, cuando ya se sumó más gente y los chicos de la banda anterior rompieron las cuerdas de todos los instrumentos, se presenta otra banda con nombre en inglés, esta vez FLOCKS (bandadas de pájaros) que entre su hardcore/punk melodioso (¡y en castellano!) buscan la manera de despertar a un público demasiado respetuoso a los carteles, que piden encarecidamente evitar los saltos por tratarse el lugar de un primer piso.

SPIKE -voz- hace uso de todas las maniobras en su poder: invita al karaoke en “Quiero que estés a mi lado”, baja y sube del escenario arengando persona a persona, y finalmente, tras repetidas invitaciones a levantarse y aplaudir, logra acortar distancias y deja el clima distendido y caliente para la siguiente banda: CHARLIE 3.

Abren con “Durmiendo” y su ritmo fijo y melodía simple marcan el patrón de lo que será todo el show: una marea estable coloreada por olas de estribillos brillantes, mientras un pogo púber y cuidadoso ratifica los mensajes bienintencionadamente naïf de las letras. Y eso es lo que ofrece CHARLIE 3, un hardcore melódico y prolijo, terminado en la escuela californiana que omite cualquier aspereza inglesa.

“Diviértanse sin saltar…” pide el PELADO, aunque solo momentos después dice que se acerquen y tira unas canciones nuevas “para bailar”, como “No para de llover” y “Mil estrellas”, dedicada a todos los que escuchan música a altas horas de la madrugada.

Un segmento nostálgico y anglo con tres temas viejos se corta con más estrenos: “Un buen día” y “No pidan nada”.

“Para ustedes, mis florecillas…”. El Pelado trae “Jardín”, y entonces amenaza con un “ahora van a bailar”, que llega apenas a cumplirse antes de que, después de dos temas, la banda se retire del escenario.
Vuelven a tomar una foto grupal para la que todo el público se presta y levantan ritmo con palmas en la esperada “Mañana”.

“Chau” dice la banda, y corren chicos y chicas al escenario a recibir púas y saludos. El cantante se despide con un discurso en el que repasa la historia del lugar (ex Teatro Arlequines) elevándolo a “Cuna del Hardcore Melódico” donde “nos nutrieron las ganas de hacer pogo” y agradece la influencia de bandas como MINORIA ACTIVA, mientras se pone sentimental y le dice a su público que juntos están formando una nueva etapa.

“Los quiero mucho” remata antes de llevar las palabras a los hechos con un último tema, y la gente retribuye cantando y ofreciéndole a CHARLIE 3 un pogo hecho y derecho, ahora sí.

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